Existen acontecimientos que suelen sorprender a las personas, y este caso no es la excepción. Se trata de un hecho registrado en Garanhuns, estado de Pernambuco, Brasil, un accidente de auto en el que dos personas perdieron la vida.
Hasta aquí podría pensarse que es un percance carretero más; sin embargo, lo extraordinario es que quienes fallecieron son un hombre y una mujer, Jobson Lima, de 31 años de edad, y Priscila Bezerra da Costa, de 33, quienes perecieron en el acto.
Con ellos viajaba su pequeño hijo de tan solo cuatro años, quien viajaba en la parte de atrás, en su silla de seguridad; de pronto, en una curva conocida como Curva da Laranjeira, el carro se precipitó al fondo.

Por dos días, el menor, que se había liberado de la silla, permaneció dentro del vehículo, el cual se había precipitado a un barranco de 10 metros de profundidad. No parece tan hondo; sin embargo, la vegetación del lugar impedía la visibilidad de la unidad motriz.
De acuerdo con las investigaciones de la Policía Federal de Carreteras (PFD), el chofer se impactó contra un caballo suelto, precipitándose el carro al fondo del barranco.
El menor permaneció dentro del carro dos días, desorientado, sin poder pedir ayuda; sin embargo, el milagro se hizo cuando un trabajador agrícola que pasaba por el lugar encontró el carro siniestrado con las víctimas en su interior.
Rápidamente solicitó el auxilio de las autoridades, que de inmediato trasladaron al menor al Hospital Regional Dom Moura, donde es atendido médica y sicológicamente.
La desaparición de la familia había sido reportada por seres queridos de las víctimas; indicaron que salieron de su casa y desde entonces se les perdió el rastro.