El poder del morado: ¿Qué significa el color de la marcha del 8 de marzo?
La utilización de este distintivo en las manifestaciones feministas tiene raíces profundas en la historia del movimiento
En el ambiente vibrante de las protestas y manifestaciones que inundan las calles cada 8 de marzo, el color morado resplandece con particular fuerza, desde pancartas hasta vestimentas y banderas, este tono se convierte en un emblema de la lucha por los derechos de las mujeres en todo el mundo.
PERO, ¿POR QUÉ EL MORADO?
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El uso del color morado en la marcha del 8 de marzo tiene raíces profundas en la historia del movimiento feminista, su elección no es mera coincidencia; más bien, lleva consigo una carga simbólica que trasciende las barreras del tiempo y del espacio.
En primer lugar, el morado se ha asociado históricamente con la lucha por la igualdad de género y los derechos de las mujeres.
Durante el movimiento sufragista en el siglo XIX y principios del XX, el morado era uno de los colores utilizados en las campañas por el derecho al voto femenino en países como Estados Unidos y el Reino Unido; este color simbolizaba la dignidad, la lealtad y la resistencia, cualidades que las sufragistas consideraban fundamentales en su lucha por la igualdad.
Además, el morado ha sido tradicionalmente asociado con la realeza y el poder, por lo tanto, al adoptar este color, las mujeres marchantes no solo reclaman su lugar en la esfera pública, sino que también desafían las estructuras de poder establecidas que históricamente las han excluido y subordinado.
EL MORADO TAMBIÉN REPRESENTA LA DIVERSIDAD Y LA INCLUSIÓN
En un movimiento tan diverso y heterogéneo como el feminismo, este color sirve como un recordatorio de la importancia de abrazar todas las identidades de género y luchar contra la discriminación en todas sus formas.
En última instancia, el morado se establece como un símbolo de esperanza y resistencia, en un mundo marcado por la desigualdad de género, la violencia machista y la opresión sistemática, las mujeres y sus aliados se unen cada 8 de marzo bajo el estandarte morado para recordarle al mundo que la lucha por la igualdad aún continúa.
En la marcha del 8 de marzo, el morado no es simplemente un color; es un grito de indignación, un símbolo de solidaridad y un llamado a la acción. Es la expresión vibrante de un movimiento que desafía las injusticias y busca un mundo más justo e igualitario para todas las personas, sin importar su género.