La ciudad de Kiev vivió una de sus noches más intensas desde el inicio de la guerra. Rusia lanzó una ofensiva masiva con drones y misiles contra la capital ucraniana y otras regiones del noreste y sur del país, dejando al menos una persona muerta y 19 heridas, de acuerdo con autoridades locales.
Los ataques impactaron directamente zonas residenciales e infraestructura crítica, lo que provocó incendios, explosiones y un grave corte de servicios básicos en pleno invierno.

El alcalde de Kiev, Vitali Klichko, informó que una mujer perdió la vida y que cientos de miles de personas resultaron afectadas por la interrupción del suministro de calefacción. Medios ucranianos señalaron que el ataque incluyó el uso de drones tipo Shahed y misiles, entre ellos los hipersónicos Kinschal, considerados difíciles de interceptar.
ASÍ FUE EL ATAQUE RUSO EN KIEV

Según la administración municipal, al menos 2 mil 600 edificios de apartamentos quedaron sin calor, lo que dejó a más de 320 mil hogares en condiciones vulnerables, con temperaturas cercanas a los cero grados.
Las impresionantes imágenes captadas muestran columnas de humo elevándose entre edificios, destellos de las defensas aéreas en el cielo nocturno y departamentos severamente dañados por las explosiones.
Equipos de rescate trabajaron contrarreloj para sofocar incendios y buscar a personas atrapadas bajo los escombros.
El bombardeo se produjo en un momento especialmente delicado a nivel diplomático. Coincidió con la expectativa generada por el próximo encuentro entre el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, y el mandatario estadounidense Donald Trump, reunión que se considera clave para discutir un posible plan de paz.
ZELENSKY ASEGURA QUE NO TERMINARÁ LA GUERRA
Zelensky tiene previsto viajar a Florida para analizar con Trump el borrador de su propuesta, así como garantías de seguridad y acuerdos económicos bilaterales.
En este contexto, el mandatario ucraniano afirmó que el ataque demuestra que Rusia "no quiere terminar la guerra".
A través de su cuenta en X, detalló que desde la noche anterior se lanzaron casi 500 drones y unos 40 misiles, con Kiev como objetivo principal.
También reiteró su llamado a incrementar la presión internacional sobre Vladimir Putin, señalando que la diplomacia solo puede funcionar si va acompañada de garantías reales de seguridad.
La escalada tuvo repercusiones regionales. Polonia cerró dos aeropuertos en su zona noreste y desplegó aviones militares para vigilar su espacio aéreo, ante el temor de que los misiles o drones cruzaran sus fronteras.
Las imágenes del ataque, que se difundieron rápidamente en medios y redes sociales, reflejan no solo la magnitud del daño material, sino también el impacto humano de un conflicto que, lejos de disminuir, sigue marcando el día a día de millones de personas en Ucrania.
En medio de negociaciones inciertas, Kiev vuelve a convertirse en símbolo de resistencia, pero también de la fragilidad de la paz en Europa.




