La presentaron ante Dios sus orgullosos padres, Jesús Antonio Olea Arvizu y María Reneé Káram de Arvizu, quienes prometieron frente a la pila bautismal guiarla por el camino del bien.
El momento más emotivo fue cuando el sacerdote derramó las aguas lustrales en la pila bautismal, sobre la cabeza de María Reneé, frente a sus papás y padrinos.
Al terminar la ceremonia religiosa, los esposos Olea Káram ofrecieron un grato convivio para celebrar la integración de su primogénita
