Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como ´Chespirito´, sigue siendo, a casi 11 años de su fallecimiento, un ícono indiscutible de la comedia mexicana. Dueño de un talento único para crear personajes entrañables como El Chavo del 8, El Chapulín Colorado y El Chómpiras, su legado artístico sigue generando sonrisas y, según muchos rumores, también una considerable fortuna.
Durante su prolífica carrera en la televisión, el cine y la radio desde la década de 1970, Gómez Bolaños construyó un emporio humorístico que, de acuerdo con estimaciones de expertos, habría superado los 50 millones de dólares, distribuidos en propiedades, joyas y derechos de autor.
Sin embargo, como suele suceder con las grandes figuras, la cifra exacta permanece bajo llave, alimentando la especulación. El comediante falleció en noviembre de 2014, a los 85 años, en su casa de Quintana Roo, dejando atrás una familia grande y un sinfín de interrogantes sobre el reparto de su herencia.
HIJOS Y HEREDEROS DE CHESPIRITO
De su primer matrimonio tuvo seis hijos: Roberto, Graciela, Paulina, Teresa, Cecilia y Marcela. Además, compartió sus últimos años de vida con la actriz Florinda Meza, su segunda esposa y compañera de escena.
Según trascendió, la marca ´Chespirito´ y todo lo que implica —derechos de imagen, personajes y regalías— quedó bajo control de su hijo Roberto Gómez Fernández, convertido así en el heredero principal del imperio creativo de su padre.
A Florinda Meza, por su parte, se le habría cedido en vida varias propiedades, una cuenta bancaria y vestuarios icónicos de personajes como El Chapulín y El Chavo. También obtuvo los derechos de sus propios papeles, como La Chimoltrufia, y dos obras literarias de Gómez Bolaños: Hanna y Reina Madre.
FORTUNA DE CHESPIRITO ¿UN MITO?
No obstante, la versión de Meza contradice el mito de la inmensa riqueza. La actriz ha sido tajante al negar que posea semejante caudal económico, apuntando que fueron las grandes televisoras quienes realmente hicieron fortuna con el ingenio de su esposo.
"Roberto decía: ´tenemos mucho menos de lo que la gente cree, pero más de lo que soñé´, porque sabíamos vivir sencillamente. Yo no vivo ni en el Pedregal ni en Las Lomas, yo tengo una casa en la colonia Del Valle que es colonia proletaria", aclaró en una entrevista.
Así, entre rumores de millones, disputas silenciosas y la vigencia de su obra, la herencia de ´Chespirito´ sigue alimentando la curiosidad pública. Más allá del dinero, su mayor tesoro es indiscutible: la risa que, generación tras generación, continúa haciendo eco en toda América Latina.