La historia que comenzó en 1957, se revivió esta semana cuando el Pontífice recibió una camiseta del equipo
Por: César Omar Leyva
En la historia del futbol mexicano, pocos equipos pueden presumir un vínculo tan especial con la Iglesia Católica como las Chivas de Guadalajara.
Este lazo tiene un origen único y fascinante que involucra a un Papa y que resultó en el apodo que se conoce hoy en día como "Rebaño Sagrado". A diferencia de cualquier otro club, Chivas es el único equipo mexicano que ha recibido una bendición papal, un gesto que marcó un antes y un después en su historia.
Todo comenzó en 1957, cuando el Club Deportivo Guadalajara celebraba su primer campeonato profesional de fútbol. El equipo, compuesto exclusivamente por jugadores mexicanos, había logrado conquistar el título al vencer a los Freseros de Irapuato.
Esta victoria no solo fue un logro deportivo, sino que también generó una notable reacción en la comunidad religiosa de Guadalajara. El arzobispo José Garibi Rivera, un ferviente seguidor del equipo, decidió enviar un telegrama al Papa Pío XII para informarle sobre este triunfo y solicitar su bendición para el club.
PÍO XII INVOCÓ LAS "CELESTES GRACIAS" PARA EL EQUIPO
El Papa Pío XII, a través de un telegrama firmado por el cardenal Angelo Dell´Acqua, respondió de manera favorable a la solicitud del arzobispo. El mensaje, que llegó desde el Vaticano, expresaba que el "Augusto Pontífice" había recibido con benevolencia la solicitud y, en respuesta, les otorgaba su "Bendición Apostólica", invocando las "Celestes Gracias" sobre el equipo.
Esta bendición fue un gesto simbólico que unió al futbol con la devoción religiosa y, desde entonces, Chivas se convirtió en el único club mexicano con una bendición papal.
Días después de este acontecimiento, el equipo fue recibido en la Catedral de Guadalajara, donde el cardenal Garibi Rivera, con gran entusiasmo, compartió la noticia con los jugadores. Lo que causó gran sorpresa fue que, debajo de su sotana, el cardenal llevaba puesta una camiseta de las Chivas.
Este gesto de cercanía con el equipo, sumado al simbolismo de la bendición papal, llevó a los presentes a bautizar al club con el nombre de "Rebaño Sagrado". A partir de ese momento, la idea de que las Chivas estaban bajo la protección divina se consolidó, dando origen a uno de los apodos más emblemáticos y queridos por los seguidores del club.
Así, el apodo de "Rebaño Sagrado" no solo representa la conexión entre el futbol y la fe, sino también la historia de un equipo que, a través de una bendición papal, alcanzó un nivel de notoriedad y simbolismo que ha perdurado hasta la fecha.