Sobre la calle Emeterio Ochoa, en la colonia Sonora -un asentamiento ubicado al sur de Ciudad Obregón dentro del casco urbano- vive Claudia, quien quedó viuda luego de que asesinaran a su marido.
Ante la necesidad de una casa, la joven mujer invadió una "vivienda digna", un espacio de 34 metros cuadrados que el Gobierno Municipal construyó hace una década para personas que vivían en casas de cartón.
Para subsistir se dedica a vender dulces y chucherías en el Centro de la ciudad, acompañada en ocasiones por sus tres hijos, todos menores de 12 años; labor que debido al confinamiento no ha realizado.
Carece de seguridad social y no cuenta con televisión ni Internet, por lo que automáticamente sus hijos quedaron rezagados del programa de educación virtual "Aprende en Casa".
En la misma calle, frente a Claudia vive Guadalupe, quien también es parte del empleo informal, ya que se dedica a vender ropa de segunda mano en los tianguis de la calle 400 y la colonia Valle Verde.
Su situación empeoró en los últimos días, pues las autoridades sólo permiten la venta de artículos de primera necesidad; a consecuencia de ello dejó de tener ingresos.
Guadalupe vive en una casa muy modesta, de no ser porque la construcción es de material, se consideraría en pobreza extrema. De lo que vende en el tianguis se sostienen económicamente ella y su marido.
Sobre la misma calle Emeterio Ochoa, al cruzar la CTM, vive Emma, una mujer diabética a quien le amputaron una pierna debido a la enfermedad y tiene riesgo de perder la otra.
Desde que empezó el confinamiento no ha recibido atención médica, ya que desconoce qué procedimiento seguir para acceder a una cita en la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Vive sola, tiene problemas de hipertensión y sin consulta últimamente confunde el medicamento enalapril, para la diabetes y la insuficiencia cardiaca, con un anticonceptivo llamado april.
Para ganar dinero le ayuda a su hija a elaborar tortillas de harina, con eso obtiene 70 pesos diarios para vivir. Emma es viuda, uno de sus hijos está encarcelado en Estados Unidos, otra vive en Arizona, pero se comunica muy poco con ella, además sospecha que su hija tiene cáncer.
Hace ocho años su casa se le incendió, Emma se encontraba dentro de ella y sufrió quemaduras que requirieron injerto de piel en brazos, manos y rostro.
No cuenta con ningún artículo de lujo, la vivienda no está enjarrada, vive de una manera muy modesta y sin embargo, el cobro de luz supera los 300 pesos mensuales.
El caso de Claudia se dio a conocer en medios de comunicación hace un par de días. Derivado de ello, habitantes de otros sectores de la ciudad decidieron apoyarla y a su vez, Claudia reparte un poco de lo que recibe entre Guadalupe y Emma.
De acuerdo con datos dados a conocer por regidores, en Cajeme hay 10 mil familias en pobreza extrema, 100 mil personas viven en pobreza moderada y 120 mil se encuentran dentro de "grupos vulnerables".
A la fecha, falta un plan de ayuda por parte de los distintos niveles de gobiernos hacia los sectores más vulnerables de la sociedad y de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina (Cepal) la crisis por coronavirus profundizará la desigualdad y la pobreza.
Los grupos con mayor vulnerabilidad son las mujeres, los trabajadores informales, los pequeños negocios y la población de menores ingresos.
Si usted desea ayudar a alguna de estas familias puede contactarse al teléfono 6441 62 53 91.