Ciudad Obregón

"Pie grande" cambia su vida y la de su padre

La pieza tiene alrededor de 100 de existencia y ha sido utilizada para promover un producto que ha trascendido por generaciones

Pie grande cambia su vida y la de su padre

Recorrer el Mercado Municipal de Cajeme es adentrarse a un espacio en el que sus paredes encierran una gran tradición e historia. 

El establecimiento sobresale por su fisonomía de los demás comercios que se ubican en el primer cuadro de Ciudad Obregón.

El sitio cuenta con más de 300 locales. Entre los puestos existe uno en donde se encuentra un pie de grandes dimensiones que ha “pisado” toda la República Mexicana y que tiene a cuestas alrededor de 100 años de existencia.

El "pie" es una pieza hecha a base de cartón que ha perdurado por décadas y la cual ha sido utilizado para promover un producto que ha trascendido generaciones. 

“Vendó un líquido para callos, mezquinos, ojos de pescados, verrugas y uñas enterradas el cual lo hago con acetona y otras sustancias más, una receta que mi padre me enseñó”, expresó José de Jesús Aguiñiga.  

ENCONTRÓ SU VOCACIÓN 

El padre del señor José, de nombre Jesús, era originario del estado de Michoacán, quien trabajó de joven como panadero en la ciudad de Guadalajara, cuando un amigo, le pasó a principios de los sesentas la figura del pie la cual ya tenía un largo pasado. 

“A mí papá un amigo de él le enseñó la receta y le paso el pie para que promoviera el producto, una pieza que ya tenía bastantes años desde que se hizo”, comentó, José de Jesús Aguiñiga. 

Al tener el pie en sus manos y haber aprendido a preparar el remedio, don Jesús encontró un oficio que trasformó su vida y le permitió viajar a lo largo y ancho del territorio nacional ofreciendo el producto.

SE INSTALA EN CIUDAD OBREGÓN

A finales de la década de los sesentas llega a Ciudad Obregón y se instala en el interior del Mercado Municipal. La aceptación que tuvo el producto lo convenció para quedarse a radicar en Cajeme y dejar su vida de trotamundos.

En una mesa ponía el pie y con una fascinante facilidad de palabra, don Jesús ofrecía la pócima. Con la intención que la sustancia y la figura del pie siguiera vigente, enseñó a su hijo el oficio, quien siguió con la labor cuando su padre se retiró del empleo que le otorgó una identidad.

José de Jesús entendió y valoró el esfuerzo que había depositado su padre, por lo que recibió la figura del pie con aprecio y empezó a preparar el líquido con esmero.

Tras la remodelación que se le hizo al Mercado Municipal de Cajeme en el año de 1993, el hijo de don Jesús obtuvo un puesto fijo en donde en la actualidad vende lentes y playeras. 

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CONTINÚA "PISANDO" FUERTE 

En el local que ocupa, colocó el pie y sigue ofreciendo el producto que su papá le enseñó a preparar. A un lado de las gafas pone la figura a la cual le guarda un gran respeto y al verla le genera nostalgia, pues reconoce que gracias a ella su padre y él salieron adelante. 

De esta manera la pieza del "pie" para José de Jesús Aguiñiga representa más que una simple figura, pues encierra esfuerzo, dedicación y el tesón que imprimió su padre, con el cual logró encontrar su vocación.