Hay quienes viven en el calor de un hogar, bajo un techo, duermen en una confortable cama y tienen todas las comodidades que pueden, pero hay otras personas que no tuvieron esa oportunidad o prefirieron dejarlo todo y ser libres, sin ataduras ni compromisos.
Para la sociedad es difícil entender cómo algunas personas teniendo familia y hogar, prefirieron vivir en la calle. Por increíble que parezca, hay indigentes que tienen ese estilo de vida porque así lo decidieron.
Muchos de ellos dejaron su hogar para no vivir entre discusiones y situaciones de violencia familiar, refugiándose en el alcohol y las drogas.
"Discutí con mi mujer, antes de llegar a los golpes mejor me salí de la casa, duermo en la calle, barro banquetas o lavo carros, pero ahora ni eso me sale, por qué la vida es así", dio "Juan", mientras se empinaba una botella de alcohol marca Tonayán, bajo un árbol, sobre la banqueta de la calle Allende y Jalisco.
Jorge Alberto es otro indigente que ve en la calle su hogar y con 18 años de edad recién cumplidos, ahora puede negarse a regresar a su hogar. Desde hace tres años salió de su casa, un lugar donde le resultaba imposible vivir y durante ese tiempo las autoridades del DIF Cajeme lo regresaron con su familia, lo internaron un tiempo en un centro de adicciones, pero escapó varias veces.
La calle lo llamaba porque ahí puede consumir "crystal" libremente y ha perdido poco a poco la noción del tiempo, dice tener 15 años de edad y no quiere saber nada de sus padres, ya que el divorcio entre ellos fue causante de que encontrara refugio lejos de casa.
Juan y Jorge Alberto tienen en común el haber encontrado un escape a su realidad en las calles. Isela también conoce esa sensación de libertad que no le proporcionaba su casa.
Actualmente tiene 35 años de edad y salió de su casa desde jovencita, le pidió a su mamá no buscarla para convencerla de regresar a su casa en la colonia Benito Juárez.
"Así me la navego yo sola, un día le dije a mi mamá que ya me iba, que no me buscara, que si me querían ver me encontrarían en la calle, pero que no iba a volver a la casa.
Para Isela, la calle representa la libertad, dormir en las banquetas es un estilo de vida que no está dispuesta a dejar, ha encontrado a otros con quien compartir su tiempo y que, además, al igual que ella, prefirieron dejar todo atrás y buscar un escape a la vida que antes tenían.
VEN EN LA CALLE LA OPORTUNIDAD DE RECIBIR DINERO
Adalberto Encinas Vivian, coordinador de los programas Rescatando Vidas y Baños de Amor, del DIF Cajeme, mencionó que cuando son mayores de edad es complicado obligarlos a cambiar su estilo de vida.
"Difícilmente se les puede obligar a ellos a que se suban a un carro y reciban apoyo de higiene personal o cambio de ropa, inclusive de buscar a sus familiares para que dejen su situación de indigencia. Desgraciadamente muchos de ellos están en alguna medida psiquiátrica o simplemente dicen ´yo no quiero, así estoy a gusto´, ´quiero andar sucio o con el cabello largo porque así la gente me da dinero o trabajo´, argumentan eso porque reciben algo de recursos de la misma ciudadanía"
DIF CAJEME HA ATENDIDO A MÁS DE 500 INDIGENTES EN MENOS DE TRES AÑOS
A través de los programas Baños de Amor y Rescatando Vidas, el DIF Cajeme ha atendido a más de 500 personas en situación de calle, muchos de ellos han regresado con su familia por voluntad propia.
"Cuando se ven bañados y cambiados con otra ropa, ellos mismos sienten la necesidad de regresar a sus hogares, a algunos los logramos reunir con sus familias incluso en otros estados del país.
Lo que queremos es no sólo bañarlos y darles apoyo con un cambio de imagen, queremos que sus vidas cambien", dijo Encinas Vivian.
Se estima que en el Municipio hay más de 150 personas en situación de calle , localizados principalmente fuera del Hospital General, Central de Autobuses, centro comercial y vías del ferrocarril.