Gran gesto de inclusión: Celebran misa para niños con capacidades diferentes

"Dios tiene sus brazos abiertos para todos", dijo el Padre Salvador Nieves durante la celebración en el Santuario de Guadalupe

A la misa asistieron niños con discapacidad visual, auditiva, motriz y también menores con autismo y síndrome de down.
A la misa asistieron niños con discapacidad visual, auditiva, motriz y también menores con autismo y síndrome de down.

En el marco del Día del Niño, la Parroquia del Santuario de Guadalupe de Ciudad Obregón llevó a cabo una conmovedora y significativa celebración dedicada especialmente a niños con discapacidad y necesidades especiales, un gesto que tocó profundamente a las familias asistentes y destacó por su ambiente de inclusión y respeto.

Este 30 de abril se realizó una misa en la que, a diferencia de las ceremonias tradicionales, no se exigía silencio absoluto ni permanecer sentados. El santuario se llenó de alegría y libertad, con niños caminando, expresándose con gritos, risas y movimientos, todo en un entorno donde prevaleció el amor y la empatía. Además hubo intérpretes de Lengua de Señas Mexicana para menores con discapacidad auditiva. 

Durante su homilía, el Padre Salvador Nieves Cárdenas expresó:

"Estamos en la casa de Dios celebrando esta misa en el Día del Niño. ´Dejen que los niños se acerquen a mí´. Jesús siempre abre sus brazos para todos los que quieren encontrarse con Él... Ofrecemos esta misa por ustedes, papás, mamás, por sus hijos, para que Dios los siga sosteniendo y les siga dando fuerza, sabiduría, prudencia y esa gracia especial que se necesita".

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TIENEN ESPECIAL CONVIVIO PARA ELLOS

Al finalizar la celebración, la comunidad parroquial ofreció un cálido convivio. Gracias al trabajo de la Pastoral de la Salud de la Diócesis de Ciudad Obregón, se repartieron pastelitos, libros para colorear, regalos y otros detalles que llenaron de sonrisas a los pequeños y sus familias.

En la misa participaron niños con autismo, discapacidad motriz y otras condiciones que suelen dificultar su asistencia a misas convencionales, donde lamentablemente aún falta comprensión por parte de algunos sectores sociales.

Sin embargo, este gesto de la parroquia fue un recordatorio poderoso del valor de la inclusión y del amor sin condiciones que promueve la iglesia católica.

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