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Ciudad Obregón

El duelo por perder a un hijo

Las muertes de su pequeña y de su esposo la llevaron a caminar como sin vida; sin embargo, un taller para sobrellevar el dolor la ha ayudado y pretende aterrizar uno igual en el municipio, para apoyar a quienes han perdido a un ser amado

El duelo por perder a un hijo

"No se dejen caer, busquen ayuda. Definitivamente no se puede salir solo de esto, tenemos que buscar ayuda, porque el dolor nos puede superar, es un dolor muchísimo muy fuerte y siempre tengan en mente que la muerte no es el final, sino que es el comienzo a una nueva vida”, es el mensaje que lanzó Rosa Astorga, después de que perdió a su hija y a su esposo.

Todavía no superaba la muerte de su marido, cuando 9 meses después, un 15 de abril del 2020, Rosa se enteró que su pequeña hija de tan sólo 3 años de edad fue diagnosticada con cáncer. La noticia la dejó sin aliento, pero aún así tenía la esperanza de que su bebé podría ganar la batalla.

Sin embargo, la pequeña María Regina se mantuvo bajo tratamiento por abscesos malignos al interior de su cabeza, y a 14 días de hospitalización no perdió la batalla, dejando un gran vacío en su madre y en su familia.

Rosa Astorga narró que el panorama lucía amargo, pero aún así tenía que salir adelante por sus 2 hijos que se encuentran a su cargo y, al ser originarios de Ciudad Obregón, pero residentes de Tijuana, al morir la pequeña “Regi” la trasladaron a sepultar a Cajeme para que estuviera junto a su padre.

Y aunque todavía siente un dolor incomparable, después del sepelio buscó la manera de sobrevivir por su estado físico, emocional y sicológico, por lo que se encuentra recibiendo talleres de duelo por medio de la Iglesia católica de Tijuana.

“Me di cuenta que no podía andar por el mundo como un zombi, porque de verdad era una tortura estar trabajando de esa manera y tenerme que estar metiendo al baño a llorar”, comentó.

La joven madre explicó que, aunque jamás olvidará a su hija y a su esposo, siente más tranquilidad, porque en el taller le están enseñando a soltar a su bebé al comprender que debe amar con el alma, porque el alma nunca muere, platicó con la voz entre cortada.

"A pesar de todo el dolor que traigo dentro de mí, siempre estoy tratando de buscar una lucecita en el camino y entender que esto es parte de la vida. A mi hija le tocó más temprano de lo que yo hubiera querido, pero hay que aprender a no odiar a la muerte, es algo que nos va a pasar en algún momento de la vida", expresó.

Finalmente, dijo que en Ciudad Obregón no existen talleres como los que está llevando en Tijuana, por eso tiene en la mira la iniciativa de que en Cajeme haya ayuda para personas que han pasado situaciones similares o peores a la suya.