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Ciudad Obregón

De Cócorit para el mundo; innovan preparando buñuelos llenos de tradición y sabor

Por 30 años “Matty” Valenzuela ha colocado el producto de temporada navideña en el gusto de las personas llevando su sabor al extranjero
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Por 30 años “Matty” Valenzuela ha colocado el producto de temporada navideña en el gusto de las personas llevando su sabor al extranjero


Adentrarse a la vivienda de la señora Matilde Valenzuela Martínez, ubicada en la colonia Estrella en Cócorit, Sonora al norte de Ciudad Obregón, es sumergirse a un ambiente impregnado por el olor, sabor y textura. 

Apegada a su amor de madre y apoyada en su esencia de ama casa hace 30 años, la emprendedora mujer se dio a la tarea de elaborar buñuelos para consentir a sus hijos Javier Iván, Ángel, Omar y esposo Javier Humberto, sin saber que de ese gestó de nacería un negocio exitoso. 

“Todo empezó en familia, con mis hijos y esposo, me ponían con ellos y decíamos vamos a checar esto y mis hijos me decían vamos a cambiar de chocolate, hasta que hicimos unos buñuelos que nos gustaron y los cuales tienen el auténtico sabor de Cócorit”, expresó con emoción al haber cocinado un producto alimentado por el amor familiar.

El esmero, dedicación y sazón que imprimió dio como resultado unos buñuelos con un sabor peculiar; el sello de “Matty” como la conocen, surgió efecto e hizo del alimento que elabora, uno que catapultó su sazón a distintas partes del mundo. 

Al ser un producto familiar y 100 por ciento artesanal, los buñuelos "Matty" son únicos en el mundo, pues cuentan con el sello particular de quien los ha elaborado a lo largo de 30 años y quien para darle un rostro innovador, agregó la presentación triangular, lo que modificó el tradicional buñuelo ovalado.

Al acercarse las fiestas decembrinas la empresa familiar y sus integrantes se dan a la tarea de comprar todos los ingredientes que requieren para su producción. Detrás de cada buñuelo que se elabora se encuentran horas de esfuerzo, disciplina y compromiso.

“Desde el mes de octubre compramos las cosas, limpiamos la nuez, pues todo se cuida para que el producto salga bien”, comentó Matilde Valenzuela Martínez.  

UN PROCESO MINUCIOSO

Valenzuela Martínez explicó que el proceso de elaboración de buñuelos es muy minucioso, se cuida cada detalle, desde el amasado, cocinado, cortado de la tortilla, que el freído sea en su punto, la untada de miel o chocolate, y el agregado de nuez o coco, hasta que el producto se empaca y queda listo para la venta. 

“Se cuida el color, la textura y el freírlo, pues no queda aceitoso”, mencionó. 

“Matty” Valenzuela cocina los buñuelos como lo hizo desde el primer día que los preparó para sus hijos, debido que al elaborarlos, cada uno de ellos conserva su esencia, una que ofrece un sabor cálido apegado al hogar.

Amante de las flores “Matty” ideó una presentación de sus buñuelos que ha tenido mucha aceptación, al formar una charola de ellos en una flor.

TRASPASAN FRONTERAS 

El sabor de sus buñuelos ha traspasado fronteras, y su sabor tan exquisito, satisface todo tipo de paladares motivo por lo cual han llegado a distintas partes del planeta, algo que asombra a su propietaria, al ser un producto casero que no cuenta con distribución, pero que las personas que los prueban los han recibido de tal forma que no pueden faltar en su mesa. Algo que llena de orgullo y satisfacción a su creadora, al ser una idea que surgió en su cocina y que hoy comparte con infinidad de personas.

En esta época muchos de los paisanos que regresan para visitar a sus familiares, acuden a su vivienda a comprar sus buñuelos que después llevan a Estados Unidos.

“El auténtico sabor de Cócorit ha llegado a otras partes del mundo como Canadá, Groenlandia, Asia y Estados Unidos”, señaló.

De esta manera Matilde Valenzuela Martínez elabora buñuelos que han trascendido fronteras, algo que la llena de orgullo y satisfacción, y quien sueña que el negocio que fincó con esmero siga prosperando al pasarle la estafeta a sus hijos para que estos continúen llenando de sabor el paladar de las personas a la vez de que se conserve la tradición familiar.