A pesar de que esta parte del pollo es relacionada con alto contenido de grasa, perspectiva nutricional moderna ofrece una nueva visión
Por: Jesús Álvarez
La piel del pollo es una parte del animal que muchas personas evitan, esto se debe principalmente a que está relacionada con un alto contenido de grasa y calorías. Sin embargo; los expertos en nutrición han conseguido dar una visión más moderna sobre esta parte habitualmente desechada y revelado los nutrientes escondidos que tiene la piel del animal.
Es importante entender que la carne de pollo tiene cortes más magros y poca grasa, por lo que muchas personas optan por desechar la piel al notar que se concentra la mayor cantidad de grasa del animal en esta parte. Sin embargo; existen tipos de grasas y comprender el tipo que se maneja en la piel de pollo puede ayudar a entender que tan saludable es consumirla.
¿ES SALUDABLE COMER LA PIEL DEL POLLO?
La piel del pollo es, de hecho, rica en grasa; pero es importante diferenciar el tipo de grasa. Gran parte de la grasa en la piel del pollo es grasa insaturada, que se considera saludable para el corazón, esta grasa puede ayudar a mejorar los niveles de colesterol y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Además, la piel añade sabor y ayuda a mantener la carne del pollo húmeda durante la cocción.
A pesar de los beneficios de la grasa insaturada, la piel del pollo sigue siendo densa en calorías, una porción de piel de pollo añade una cantidad significativa de calorías a tu comida. Por lo tanto, el consumo de la piel debe considerarse en el contexto de tu dieta general y tus objetivos calóricos; si se busca controlar el peso o reducir la ingesta de calorías, comer la piel regularmente podría no ser lo más adecuado.
¿ENTONCES SE DEBE O NO CONSUMIR PIEL DE POLLO?
La piel del pollo no es intrínsecamente "mala" para la salud, especialmente debido a su contenido de grasas insaturadas. Sin embargo, su alto contenido calórico significa que debe consumirse con moderación. Si disfrutas de la piel del pollo, puedes incluirla ocasionalmente en tu dieta como parte de una alimentación equilibrada.