Rescatar trigo mexicano no es “pan comido”

Por: Eduardo Sánchez

En el mundo se producen 7 mil 717 mil millones de tonela­das de trigo al año, de los cuales más del 50 por ciento son pro­ducidas en cinco países. Siendo China el que más aporta a la producción mundial con el 17 por ciento del trigo del mundo y le siguen India y Rusia con un 12 y 11 por ciento respecti­vamente.



Si bien es cierto que la pro­ducción de trigo en nuestro país ha tenido un ligero repun­te en los últimos años, pasando de 3.27 millones de toneladas en 2012 a 3.5 millones en 2017, esto es insuficiente para cubrir la demanda nacional.



El rendimiento del trigo en México se encuentra muy ale­jado de los principales países productores. Mientras que en México el cereal tiene un ren­dimiento promedio de 5.2 to­neladas por hectárea, países como Irlanda, Nueva Zelanda y Países Bajos tienen rendimien­tos de más de 9 toneladas por hectárea: 10.1, 9.8 y 9 respec­tivamente.



LO QUE PRODUCE MÉXICO HOY

En el caso del trigo cris­talino la producción permite satisfacer con creces la de­manda interna que se sitúa en alrededor de .83 millones de toneladas, lo que genera un superávit de 59 por ciento del producto. Esto permite al país tener a su disposición más 1.24 millones de trigo para ex­portar a otros países y colocar a México como el tercer expor­tador a nivel global.



Por su parte, el trigo harine­ro o panificable se encuentra en amplio déficit; el consumo de este producto supera los 6.26 millones de toneladas, por lo que la producción interna sólo llega a satisfacer el 22 por ciento de lo que se consume en el país. En toneladas, la canti­dad de déficit supera los 4.84 millones.



En el trigo fuerte, Sonora concentra más de la mitad de la producción del país, tam­bién es el estado con el mayor rendimiento promedio en este cultivo.



Los estados que le siguen en volumen de producción son Chihuahua, Baja California y Nuevo León. Entre estos 4 es­tados se acumula cerca del 90 por ciento de la producción de trigo cristalino.



Para cubrir la demanda, México importa el trigo panifi­cable restante, más del 57 por ciento viene de Estados Uni­dos, 18.8 por ciento de Cana­dá, 10 por ciento de Rusia, 8.7 por ciento de Francia y 5.1 por ciento de Ucrania.



En el caso del trigo panifica­ble la brecha a cerrar asciende a 4.84 millones de toneladas. Al mismo tiempo, este Gobierno pretende impulsar el desarro­llo de los pequeños productores y que estos puedan lograr gene­rar mayores ingresos.



Para lograr este cometido, la actual administración ha fijado un precio de garantía de 5 mil 790 pesos, aunque sin especifi­car qué variedad de trigo hari­nero recibiría este tratamiento. Este precio representa un au­mento entre el 35 y 40% al pre­cio medio rural en cualquiera de las variedades.



¿QUÉ TENDRÍA QUE HACER?

Tal como se ha comentado para otros productos en este análisis, las medidas anuncia­das hasta ahora por el gobierno para el desarrollo del campo no están enfocadas en el aumento del rendimiento de los cultivos sino en sólo garantizar un me­jor precio para los productores. Cuando lo que se tiene que hacer es incrementar la producción.



La tarea de asegurar el abasto de trigo sólo con la pro­ducción nacional se vislumbra especialmente complicada. Si bien es cierto que se pueden dar pasos hacia aumentar el volu­men que se produce en México, no pareciera que ser algo alcan­zable en el corto plazo.

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