Por: Eduardo Sánchez
De mayo a agosto los sonorenses pueden disfrutar de las pitahayas, un fruto del desierto que por su colorido y su sabor son el deleite de muchos.“Yo tengo mis clientes y cada año vienen a comprar, unos se las comen aquí mismo. Y aunque los adultos son los que más las buscan, también vienen jóvenes”, comentó Olivia Pérez, quien cada temporada, desde hace ocho años, se instala afuera de una institución bancaria, ubicada por la calle California, entre Jesús García y 6 de Abril.
“Aquí llego muy temprano y coloco las pitahayas y antes de mediodía me desocupo. Hay gente que me compra hasta 50 o 60, algunos me han comprado la cubeta completa, porque las congelan”, apuntó.
Resaltó que para llegar a Ciudad Obregón con este rico fruto, su esposo y su yerno salen de su casa a las 3:00 de la mañana al Cerro de Yucuribampo, donde las cortan, los tres meses que dura la temporada, aunque lo fuerte es a inicios de julio, pues llegan a juntar hasta cuatro bandejas, que es un alrededor de 400 frutos.