Por: Eduardo Sánchez
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador procede con mano firme contra los falsos dirigentes campesinos o “redentores” que por medio de empresas agropecuarias “de interés social”, desviaron apoyos federales y lograron durante el régimen neoliberal amasar millonarias fortunas saqueando los programas de apoyo al sector agrícola.De acuerdo con el sitio de internet, Cuarta Transformación Ruta 2021. cada ciclo agrícola los falsos dirigentes, amafiados con los grandes industriales, se quejan de que el campo mexicano está en quiebra.
Según el artículo escrito por Francisco Ayón Yucupicio, estos líderes “ponen a los campesinos o los productores por delante”, denuncian bajos precios de garantía, dicen que los subsidios y apoyos no llegan, pero “ellos están inmensamente ricos”.
Por indicaciones del presidente de la República y para evitar que sigan engañando a la gente, la Fiscalía General de la República, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y el Sistema de Administración Tributaria, abrieron investigaciones de las organizaciones campesinas y sus dirigentes para saber porque las agrupaciones están en bancarrota y sus apoderados legales, sus representantes, son los nuevos ricos y latifundistas del campo mexicano.
LOS HECHOS
La Auditoría Superior de la Federación detectó y entregó documentación a la presidencia de República sobre aeroempresas mexicanas que alteraron su documentación fiscal para obtener recursos de la Secretaría de Agricultura Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa). Estas acciones causaron un boquete a las finanzas públicas.
El máximo órgano de fiscalización exhibió, informe tras informe, la falta de mecanismos de control para dispersar los dineros del Programa de Incentivos para Productores de Maíz, Frijol y Trigo.
Desde el principio de este programa se perdieron los beneficios para el pequeño productor y se orientó a los grandes agroempresarios, dijo Antonio Medrano, secretario técnico del Frente Auténtico del Campo (FAC).
El Programa de Productividad y Competitividad Agroalimentaria: Componente Productividad Agroalimentaria operó con base en la recepción de documentos bancarios alterados o comprobantes fiscales de proveedores no localizados para la comprobación de los recursos y para simular la acreditación de los proyectos.
Carnes de Cerdo de Yucatán, SA de CV, fue la empresa que mayores recursos recibió en subsidios, con 19 millones 855 mil 500 pesos. Los desvió.
Los Zacatecos, S de SS, empresa que ha estado vinculada a un supuesto fraude en la compra de frijol, recibió 10 millones de pesos, para la construcción de una planta procesadora de alimentos de frijol y subproductos. No los aplicó.
Otros 10 millones le fueron entregados a la compañía Productores Agropecuarios del Ejido de El Quemado, SPR de RL, para la construcción y equipamiento de un centro de acopio, empaque y transformación industrial de mango. Sin embargo, en el análisis de los movimientos bancarios, la ASF detectó la cuenta en ceros y movimientos que no correspondían a las operaciones adecuadas.
Originaria de Guanajuato, El Tecolote de Irapuato, SPR de RL, obtuvo de la Sagarpa subsidios por nueve millones 600 mil pesos para la construcción de macro túneles. Al respecto, la ASF detectó irregularidades y desvíos serios en el manejo de la cuenta de depósito.
Destiladora Santa Virginia, SA de CV, recibió subsidios por cuatro millones de pesos, con el supuesto fin de llevar a cabo el proyecto estratégico (de impacto regional) y así fortalecer la productividad y competitividad de productores de agave azul Tequilana Weber en los Altos de Jalisco. Sin embargo, al momento de revisar los movimientos bancarios, relacionados con este apoyo, los auditores determinaron que los movimientos de cargo y abono “no coinciden entre sí”.
Simbiótica Agropecuaria Poblana, SC de RL de CV, subsidiada con tres millones 732 mil 500 pesos para infraestructura y equipo para proceso de granos, es otro negocio del que se detectó alteración en sus cuentas bancarias.
La Auditoría detectó documentos falsos de la empresa Grupo de Productores del Campo de Atotonilco, SPR de RL de CV, a quien se le entregaron tres millones 643 mil 100 pesos.
Soda Bioindustrias, SPR de RL, recibió recursos por tres millones 454 mil 500 pesos para la construcción y equipo de planta de alimentos; en este caso, el beneficiario presentó cinco facturas en las cuales no se identificaron los pagos en los estados de cuenta bancarios proporcionados por la instancia gubernamental.
EN SINALOA
Entre las que mayores recursos obtuvieron se encuentra Productores y Comercializadores Agrícolas del Sur de Sinaloa, SA de CV, que obtuvo cuatro millones de pesos, “de los que no hay evidencia de las aportaciones realizadas ni de la comprobación de facturas”.
Uprogranos del Valle de El Carrizo SPR de RI y Agrícola Hernández Rodríguez, del norte de Sinaloa. Manuel Hernández López, dueño de estos agronegocios, fue denunciado ante el presidente Andrés Manuel López Obrador de usar a los productores agrícolas para obtener beneficios personales y convertirse en millonario de la noche a la mañana.
Lo acusan de fraudar a los campesinos con la venta de semilla de mala calidad, haberse quedado con recursos de subsidios y programas de apoyo al campo, lo cual le ha permitido comprar maquinaria y acaparar, de manera personal, tierras y bodegas.
Otras organizaciones que están en la lupa de la Fiscalía, la Unidad de Inteligencia Financiera y el SAT, es la Unión de Ejidos de Producción Agropecuaria del Valle de El Carrizo y el Fondo de Aseguramiento Fraijo Rochín, cuyos dirigentes “se quedan con la tajada grande” de los apoyos federales.
El Gobierno federal precisó que les destinó recursos para la construcción de silos y pese a que una tormenta impidió que los construyera no han regresado los recursos no invertidos.
Los créditos del Fondo de Aseguramiento “Fraijo Rochín” también están bajo investigación, por orden del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La investigación alcanza a Germán, Geovani, Vicente y Ramón, todos de apellido Escobar, quienes se han enriquecido bajando recursos provenientes de diversos programas agropecuarios y han construido un emporio, especulando con las cosechas de maíz y frijol a través de Productores Agrícolas de Elota.
En todos los casos, los dirigentes o responsables de las “organizaciones campesinas” están ricos o millonarios y son los que denuncian cada ciclo agrícola que el campo está en la ruina y que el gobierno federal no otorga los apoyos para la producción, generando inconformidad social, cuando la realidad “es que se ‘clavan’ los recursos que el gobierno ha enviado a los campesinos”.