La búsqueda de alternativas para combatir el acné ha llevado a pacientes y especialistas a explorar terapias innovadoras que van más allá de los tratamientos convencionales. Una de ellas es la fototerapia con luz roja, un procedimiento que, aunque parece reciente, tiene sus raíces en un descubrimiento accidental de hace más de seis décadas.
En la década de 1960, el médico húngaro Endre Mester experimentaba con láseres de baja potencia en ratones, cuando notó que la luz estimulaba el crecimiento del pelo y favorecía la cicatrización de heridas. Ese hallazgo abrió la puerta a lo que hoy se conoce como fotobiomodulación (PBM), es decir, el uso de luz de baja intensidad para estimular procesos fisiológicos en el cuerpo humano.
¿FUNCIONA REALMENTE LA TERAPIA DE LUZ ROJA PARA EL ACNÉ?
Actualmente, dispositivos con diodos emisores de luz (LED) se comercializan con la promesa de rejuvenecer la piel, acelerar la cicatrización e incluso reducir el acné. Desde sofisticadas máscaras faciales hasta varitas portátiles, el mercado ofrece opciones que van de los cientos a los miles de dólares. Pero la pregunta clave es: ¿funcionan realmente?
La fototerapia LED se basa en longitudes de onda específicas. La luz azul actúa principalmente contra el acné, ya que activa la producción de radicales libres que destruyen a la bacteria Propionibacterium acnes, responsable de la inflamación y las lesiones cutáneas. De acuerdo con Glynis Ablon, dermatóloga y profesora clínica asociada de UCLA, sus pacientes han mostrado mejoras notables tras estas sesiones: "Lo que notarán, tan solo con estos LED, es que su acné mejora, que el nivel de lesiones inflamatorias se reduce y que su piel en general empieza a verse mejor", señaló.

Por su parte, la luz roja e infrarroja cercana penetran en capas más profundas de la piel, activando las mitocondrias celulares. Este proceso favorece la producción de moléculas esenciales como el ATP, que provee energía, y el óxido nítrico, que mejora la circulación sanguínea y el flujo de oxígeno en los tejidos.

La terapia de luz roja representa una alternativa atractiva para quienes buscan combatir el acné o mejorar la salud de la piel, pero los expertos sugieren informarse bien y consultar con un dermatólogo antes de invertir en equipos de alto costo. La ciencia avanza, pero aún falta camino por recorrer para confirmar hasta dónde llegan los beneficios de esta prometedora tecnología.