Cada 21 de mayo, el santoral de la Iglesia Católica recuerda a San Cristóbal Magallanes y a sus compañeros mártires, quienes entregaron su vida por la fe en México durante uno de los periodos más oscuros de su historia: la persecución religiosa desatada por la Ley de Tolerancia de Cultos.
Esta ley, promulgada por el presidente Plutarco Elías Calles en los años 1920, tenía como objetivo restringir y controlar el culto católico en México, lo que desató una feroz persecución organizada por el Estado. En medio de este escenario de violencia y represión, cientos de católicos, entre ellos el padre Cristóbal Magallanes, alzaron la voz y las armas en defensa de su fe, sus derechos y la libertad religiosa.
VIDA DE SAN CRISTÓBAL MAGALLANES
La historia de San Cristóbal Magallanes es una de valentía y sacrificio. Nacido en 1869 en Totatiche, Jalisco, Cristóbal Magallanes fue un hombre de profundas convicciones religiosas, que desde joven trabajó en el campo hasta ingresar al seminario de Guadalajara a los 19 años. Fue ordenado sacerdote en 1899 y se dedicó a la enseñanza y a la atención pastoral en varias localidades de Jalisco. Durante su vida, organizó escuelas, orfanatos y centros catequéticos, ganándose el cariño de la comunidad.
Sin embargo, la situación en México cambió drásticamente cuando el gobierno de Calles implementó leyes que suprimían las prácticas religiosas, lo que provocó la "Guerra Cristera", un conflicto armado entre el gobierno y los grupos católicos que luchaban por la libertad de culto. Fue en medio de esta guerra que San Cristóbal Magallanes encontró su trágico destino.
El 21 de mayo de 1927, mientras se dirigía a celebrar una fiesta religiosa en honor a Santa Rita, el padre Cristóbal fue arrestado junto a su vicario, el padre Caloca, durante un enfrentamiento entre las fuerzas cristeras y el ejército del gobierno. A pesar de no existir pruebas de su implicación en actividades subversivas, ambos sacerdotes fueron acusados de conspiración y condenados a muerte. "Solo un momento y después el cielo", fueron las palabras del padre Magallanes al padre Caloca, al verlo presa del miedo.
En sus últimos momentos, el P. Cristóbal dio un ejemplo de fe y perdón. "Soy y muero inocente; perdono de corazón a los autores de mi muerte y pido a Dios que mi sangre sirva para la paz de los mexicanos desunidos", fueron sus últimas palabras antes de ser fusilado junto al padre Caloca el 25 de mayo de 1927. Su sacrificio, junto con el de otros sacerdotes y laicos, se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad religiosa en México.
En 2000, el Papa San Juan Pablo II canonizó a San Cristóbal Magallanes y a otros 23 mártires mexicanos, incluidos sacerdotes y laicos, que dieron su vida por la fe durante la Guerra Cristera.

MÁRTIRES DE LA GUERRA CRISTERA
Entre los mártires canonizados el 21 de mayo de 2000, se incluyen:
- Román Adame Rosales, sacerdote
- Rodrigo Aguilar Alemán, sacerdote
- Julio Álvarez Mendoza, sacerdote
- Luis Batis Sainz, sacerdote
- Mateo Correa Magallanes, sacerdote
- Atilano Cruz Alvarado, sacerdote
- Miguel de la Mora de la Mora, sacerdote
- Pedro Esqueda Ramírez, sacerdote
- Margarito Flores García, sacerdote
- José Isabel Flores Varela, sacerdote
- David Galván Bermúdez, sacerdote
- Salvador Lara Puente, laico
- Pedro de Jesús Maldonado Lucero, sacerdote
- Jesús Méndez Montoya, sacerdote
- Manuel Morales, laico
- Justino Orona Madrigal, sacerdote
- Sabás Reyes Salazar, sacerdote
- José María Robles Hurtado, sacerdote
- David Roldán Lara, laico
- Toribio Romo González, sacerdote
- Jenaro Sánchez Delgadillo, sacerdote
- David Uribe Velasco, sacerdote
- Tranquilino Ubiarco Robles, sacerdote