Con el auge de plataformas como Instagram, TikTok y Facebook, millones de personas buscan destacar en sus perfiles con fotografías impactantes que demuestran audacia y originalidad. Sin embargo, en algunos casos, este deseo por la validación digital ha terminado en tragedia.
La Fundación iO, especializada en salud global y riesgos turísticos, ha elaborado un informe que identifica los cinco lugares más peligrosos del mundo para tomarse selfies. Aunque estos sitios destacan por su belleza natural o su arquitectura impresionante, también han sido escenarios de múltiples accidentes fatales relacionados con esta práctica.
LUGARES MÁS RIESGOSO PARA UNA SELFIE
CATARATAS DEL NIÁGARA (ESTADOS UNIDOS/CANADÁ)
Con su imponente caída de agua y sus miradores panorámicos, las Cataratas del Niágara son uno de los destinos turísticos más famosos del mundo. Sin embargo, la combinación de barandales bajos, resbalones y el deseo de una foto sin obstáculos ha cobrado varias vidas.
GLEN CANYON (ESTADOS UNIDOS)
Este desfiladero ubicado en Arizona es conocido por sus impresionantes formaciones rocosas y precipicios. Es un lugar recurrente para quienes desean fotografías de vértigo, pero acercarse demasiado al borde ha resultado fatal en más de una ocasión.

CHARCO DEL BURRO (COLOMBIA)
Este paraje natural, que destaca por sus corrientes y rocas rodeadas de vegetación, parece ideal para una foto exótica. No obstante, el terreno resbaladizo y las fuertes corrientes han sido una trampa mortal para los desprevenidos.

PLAYA DE PENHA (BRASIL)
Las olas intensas y las formaciones rocosas inestables convierten a esta playa en un sitio de alto riesgo. A pesar de las advertencias locales, algunos visitantes se acercan demasiado a los bordes para obtener la imagen perfecta, con resultados fatales.

CATARATA DE MLANGO (KENIA)
Este espectacular salto de agua atrae a cientos de turistas que buscan una imagen de postal. Sin embargo, el suelo húmedo y la fuerza del agua han causado numerosos accidentes, especialmente entre quienes intentan posar cerca del borde.

Cada año, miles de turistas visitan estos sitios impulsados por el deseo de capturar momentos únicos para compartir en sus redes sociales. Sin embargo, ese impulso puede eclipsar el sentido común y poner en riesgo la vida misma.