Elegir un buen jamón no siempre es sencillo. En el anaquel abundan productos "tipo jamón" que se parecen al original, pero no lo son.
Para tomar una decisión informada, a continuación 7 señales claras que te pueden ayudar a identificar un jamón legítimo y evitar sustitutos ultraprocesados.
- Denominación legal en la etiqueta: En México, solo puede llamarse "jamón" el producto elaborado con carne de pierna de cerdo o muslo de pavo. Si lees "preparado cárnico", "especialidad de carne" o "producto tipo jamón", es un sustituto.
- Tipo de jamón especificado: Prioriza etiquetas claras como "jamón de cerdo" o "jamón de pavo". La ambigüedad suele esconder mezclas con rellenos.
- Porcentaje de proteína: Es una pista clave:
Extrafino/Fino: 16%–18%
Preferente/Comercial: 12%–14%
Económico: ~10%
Porcentajes bajos indican más agua y rellenos.

- Textura y aspecto: Un jamón auténtico es firme, con fibras visibles y color uniforme. Si es blando, gelatinoso o suelta líquido, probablemente contiene almidones y gelificantes.
- Lista de ingredientes: Cuanto más corta, mejor. Ojo con "proteína de soya", "almidón modificado", "caseinatos" o muchos conservadores: señalan ultraprocesamiento.
- Orden de los ingredientes: La carne debe aparecer primero. Si antes figuran proteínas vegetales o almidones, el producto está abaratado.
- Precio y presentación: Precios demasiado bajos y empaques que evitan detallar origen o corte suelen reflejar menor calidad. Mejor paga un poco más por etiquetas transparentes.

OPTA POR ALTERNATIVAS FRESCAS
Los preparados cárnicos suelen tener más sodio y aditivos, lo que afecta la salud cardiovascular si se consumen en exceso.
Elige categorías extrafino o fino, revisa ingredientes y compra presentaciones donde puedas inspeccionar color y textura. Ante la duda, opta por alternativas frescas y menos procesadas.




