Esta es una de las claves del desgaste en el cerebro, según Felipe A. Court

Un mecanismo del sistema inmune podría ser responsable de la pérdida de conexiones neuronales asociada con el envejecimiento

Court subraya que existen acciones simples para proteger al cerebro. Una de ellas es alimentar la reserva cognitiva: aprender nuevas habilidades.
Court subraya que existen acciones simples para proteger al cerebro. Una de ellas es alimentar la reserva cognitiva: aprender nuevas habilidades.

Con el paso de los años, el desgaste del cerebro incrementa el riesgo de enfermedades neurodegenerativas, aunque aún no se comprende del todo por qué ocurre.

Felipe A. Court, neurocientífico y director del Centro de Investigación en Envejecimiento y Longevidad Saludable de la Universidad Mayor, señala que una de las claves para entender el envejecimiento del cerebro está en observar cómo distintas especies han desarrollado estrategias muy diversas para envejecer.

ESTRATEGIAS DE ENVEJECIMIENTO EN LA NATURALEZA

Los elefantes, por ejemplo, muestran una notable resistencia a la inestabilidad genómica, lo que los vuelve menos propensos a desarrollar cáncer, pese a su gran tamaño y a la enorme cantidad de células susceptibles a descontrolarse.

En la historia evolutiva, cada organismo desarrolló mecanismos para vivir el tiempo necesario: ni más ni menos.

Una de las conclusiones más claras es que, conforme el cuerpo envejece, disminuye la conectividad y comunicación entre sus células, reduciendo su capacidad de respuesta. Esto explica múltiples problemas asociados con la edad, como la pérdida de memoria y otras enfermedades neurológicas.

CUÁNDO EL SISTEMA INMUNOLOGICO SE CONVIERTE EN ENEMIGO

"Las neuronas tienen sistemas inmunes muy fuertes; tanto, que cuando atacan un patógeno pueden destruirse a sí mismas", explica Court.

Esta sobreactivación del sistema inmune neuronal provoca inflamación y muerte celular, dos procesos estrechamente vinculados al deterioro del cerebro durante el envejecimiento.

  

UNA NUEVA VÍA

A partir de esta observación, los científicos eliminaron el receptor RIPK3 en un grupo de ratones mediante ingeniería genética. Los resultados fueron sorprendentes:

  • Mejor conexión neuronal,
  • Mayor capacidad muscular,
  • Mejor aprendizaje,
  • Memoria más sólida.

Con estos datos, desarrollaron un fármaco capaz de inhibir la función del receptor y lo administraron a otros roedores. Incluso en los ejemplares más viejos se logró recuperar la conectividad neuronal perdida.

Esto abre la posibilidad de que, en el futuro, este tipo de medicamentos pueda utilizarse para tratar enfermedades como Alzheimer o Párkinson, o incluso retrasar la pérdida cognitiva asociada con la edad. Sin embargo, Court insiste en que los resultados aún no permiten trasladar estas terapias a humanos.

Aunque el desarrollo de tratamientos efectivos todavía requiere tiempo, Court subraya que existen acciones simples para proteger al cerebro. Una de ellas es alimentar la reserva cognitiva: aprender nuevas habilidades, mantenerse intelectualmente activo y fortalecer las redes neuronales antes de que el deterioro empiece.