Aunque no siempre lo notamos, el teclado de una computadora es uno de los objetos que más polvo y residuos acumula en casa o la oficina.
Lo usamos todos los días, pero pocas veces pensamos en limpiarlo. Entre sus teclas se esconden restos de comida, cabellos, células muertas de la piel, gérmenes y ácaros. Todo eso puede afectar su funcionamiento y, aún más preocupante, representar un riesgo para la salud.
Limpiar el teclado no es una cuestión estética, es parte del cuidado básico de los dispositivos que usamos constantemente, como recomiendan expertos en orden y limpieza como Marie Kondo. La clave está en hacerlo de manera organizada y con los productos adecuados.
GUÍA PASO A PASO PARA LIMPIAR TU TECLADO CORRECTAMENTE
Antes de comenzar, asegúrate de que el teclado esté desconectado si es con cable, o sin baterías si es inalámbrico. Luego, sigue este procedimiento:
- Sacúdelo suavemente: Coloca el teclado al revés y da unos golpecitos suaves para que caiga la suciedad más grande. Este simple gesto ayuda a liberar migajas o polvo atrapado entre las teclas.
- Aire comprimido: Usa un bote de aire comprimido, manteniéndolo a unos 1 o 2 centímetros de distancia y en un ángulo de 45 grados. Haz ráfagas cortas para evitar que se forme humedad. En laptops, el ángulo puede ser más inclinado.
- Limpieza de precisión: Utiliza bastoncillos de algodón ligeramente humedecidos con alcohol isopropílico para limpiar los bordes de las teclas. Así podrás retirar residuos adheridos sin necesidad de desmontarlas.
- Toque final: Con una gamuza de microfibra de doble cara, limpia toda la superficie del teclado. Esta herramienta elimina restos de polvo, manchas y huellas sin dejar pelusas.

¿Y SI NO LIMPIO MI TECLADO? ESTOS SON LOS RIESGOS
Tal vez no lo imagines, pero tu teclado puede estar más sucio que un inodoro. Un estudio realizado por el laboratorio sueco Pegasus Lub reveló que en promedio se pueden encontrar hasta 33 mil bacterias por centímetro cuadrado en un teclado. Esto representa hasta 260 veces más gérmenes que en una taza de baño común.
Entre las bacterias identificadas están tres especies preocupantes:
- Enterococcus faecium: Aunque normalmente es inofensiva, puede causar infecciones urinarias, abdominales e incluso meningitis en personas vulnerables, y a veces es resistente a los antibióticos.
- Staphylococcus aureus: Puede provocar desde simples forúnculos hasta infecciones más graves en la piel o el sistema respiratorio.
- Pseudomonas aeruginosa: Esta bacteria oportunista puede generar infecciones en pulmones, vías urinarias y sangre, sobre todo en personas con defensas bajas.
Aunque muchas de estas bacterias suelen convivir con nosotros sin problema, si no limpiamos nuestros dispositivos y no cuidamos nuestra higiene al usarlos, corremos el riesgo de enfermarnos.