Durante generaciones, ofrecer agua de anís a los bebés ha sido una práctica común en muchos hogares mexicanos para aliviar cólicos y malestares digestivos. Sin embargo, lo que por años se ha considerado una solución inofensiva puede convertirse en un grave riesgo para la salud.
Aunque el anís es una planta conocida por sus propiedades antiespasmódicas y calmantes, no todas sus variedades son seguras.
REMEDIO CASERO: ANÍS ESTRELLA EN BEBES
El agua de anís se obtiene al hervir semillas de anís en agua, y suele administrarse a los bebés con la intención de calmar cólicos, mejorar la digestión o ayudarles a dormir. Su uso se ha comparado con el del agua de manzanilla, otra infusión natural que muchas familias utilizan para tratar molestias leves.
Existen dos tipos principales de anís: el anís verde (o anís común) y el anís estrellado. Mientras el primero puede considerarse seguro en pequeñas dosis para adultos, el segundo representa un riesgo importante, especialmente en bebés menores de 12 meses.

¿ES TÓXICO EL ANÍS ESTRELLA EN BEBÉS?
Aunque se trate de un remedio natural, la comunidad médica advierte sobre los peligros que implica su consumo, sobre todo cuando se emplea anís estrellado, una variedad que puede resultar tóxica para los más pequeños.
De acuerdo con expertos en pediatría, el anís estrellado puede ser tóxico para los bebés debido a su composición química, particularmente si está contaminado con anís estrellado japonés (Illicium anisatum), una variedad altamente tóxica que puede causar efectos adversos severos en el sistema nervioso central.
Entre los síntomas más alarmantes por su consumo se encuentran:
- Convulsiones
- Irritabilidad extrema
- Vómitos
- Movimientos espasmódicos
- Diarrea y malestar estomacal
Estos síntomas pueden aparecer poco después de ingerir la infusión y requieren atención médica inmediata.
La falta de regulación en la producción y comercialización del anís estrellado incrementa aún más el riesgo, ya que es difícil garantizar que el producto no esté contaminado o mal identificado.
¿QUÉ DICEN LOS PEDIATRAS?
La comunidad médica desaconseja el uso de agua de anís en bebés, especialmente en menores de un año. No existen estudios concluyentes que garanticen su eficacia y seguridad, y el riesgo de toxicidad neurológica supera con creces los posibles beneficios.
Los pediatras insisten en que, ante cualquier malestar digestivo, los padres deben buscar alternativas seguras y recomendadas por profesionales, como:
- Cambios en la alimentación del bebé o la madre lactante
- Masajes abdominales suaves
- Uso de biberones anticólicos
- Medicamentos indicados específicamente por un pediatra
Aunque el agua de anís es un remedio tradicional muy arraigado, el anís estrellado no es seguro para bebés ni niños pequeños. La posibilidad de toxicidad neurológica y gastrointestinal, sumada a la falta de control sobre su pureza, convierte su uso en una práctica riesgosa.