Netflix se enfrentó a un verdadero reto al decidir adaptar al formato live-action una de las obras más queridas y complejas del manga y anime: One Piece.
Sin embargo, con esfuerzo, visión y una producción ambiciosa, logró convencer a Eiichiro Oda, su creador, de dar el visto bueno a este proyecto. Aun así, Oda impuso una única condición que no estaba sujeta a negociación.
LA CONDICIÓN DE ODA PARA EL LIVE ACTION DE ONE PIECE
Aunque los responsables de la serie, Matt Owens y Steven Maeda, lograron ganarse la confianza del mangaka gracias al enfoque y calidad del proyecto, Oda fue claro desde el principio: las frutas del diablo y sus efectos no pueden ser modificados bajo ninguna circunstancia.
Esta petición no es casual. Las frutas del diablo son elementos fundamentales en el universo de One Piece. Otorgan habilidades sobrehumanas a quienes las consumen y son la base de gran parte de las batallas, técnicas y conflictos que han fascinado a millones de fanáticos por años. Cambiar sus efectos o naturaleza sería traicionar la esencia de la historia.
"Los poderes específicos de las frutas del diablo y otros conjuntos de habilidades fueron elaborados cuidadosamente por Oda y se invirtió mucha imaginación en lo que las diferentes personas pueden hacer y cuáles son las reglas con eso", comentó Owens en una entrevista. Por esa razón, Oda dejó claro que ese aspecto de su universo debía mantenerse fiel a su visión original.
La adaptación al live-action representa un desafío adicional debido a que el lenguaje visual de la animación permite representar poderes fantásticos de manera más fluida. Traducir esas habilidades al mundo real, con actores y efectos especiales, requiere un trabajo técnico y creativo enorme.

¿QUÉ SIGUE PARA EL LIVE ACTION DEL ANIME?
Hasta ahora, los primeros episodios de la serie han sido capaces de capturar de forma bastante precisa la estética y el espíritu del universo creado por Oda. No obstante, esto es solo el comienzo. One Piece es una historia extensa donde los personajes evolucionan y sus poderes se vuelven cada vez más espectaculares y complejos.
El verdadero desafío para Netflix será mantener esa fidelidad a lo largo de toda la serie. Si logran seguir respetando la visión de Oda y sus reglas narrativas, la adaptación podría convertirse en un referente dentro de las versiones live-action de obras japonesas.
Por lo pronto, los fans pueden estar tranquilos: las frutas del diablo siguen intactas, tal y como Oda quiso.