Inepcio, hay que decirlo, no era un buen amante. Para serlo le faltaban sabiduría e imaginación. Y amor, pues sin él no se da esa plenitud que aunque ...
Loretela regresó de su luna de miel. Lo primero que hizo fue ir a visitar a su mamá. La señora, tras abrazar amorosamente a su hija, le pidió: Siéntat...