Un claro ejemplo de perseverancia

Por: Eduardo Sánchez

Constancia, determinación y perseverancia son los adjetivos que califican al joven Cristian Gabriel Rivera Valenzuela, quien a pesar de las adversidades que ha sorteado, ha salido adelante para consolidar una de las taquerías más icónicas de la "Perla del Mayo".


Por: Jesús Alejandro Quintero

La taquería "La Palma", con más de 14 años de historia y que se ha dedicado a deleitar a los comensales que la visitan, ha pasado por varios procesos para convertirse en uno de los lugares favoritos de los navojoenses para saciar su hambre.



Cristian Gabriel Rivera Valenzuela, encargado del negocio, recordó que fue un camino duro el que tuvo que atravesar para llegar hasta donde en estos momentos se encuentra, ya que fueron alrededor de cuatro años en los que "no hallaba la puerta".



El joven, de 31 años, hijo de Norma Valenzuela Muñoz, comentó que su incursión en la taquería se dio cuando un tío sufrió un accidente en su trabajo y con el dinero que agarró por su discapacidad, optó por comprar una carreta para tacos que le llegaron a ofrecer.



"Mi tío me invitó desde el principio a que trabajara con él y yo nunca quise, porque estudiaba y trabajaba de cajero en una tienda de autoservicio. Muchos primos y familiares sí se aventaron con él y yo fui el último en animarme a sumarme a la taquería, sobre todo por necesidad", expresó.

Detalló que su tío no veía frutos en el negocio, por lo que se la ofreció a él para que se hiciera cargo y tomara las riendas e intentar echarlo para arriba.



“Era un ramo totalmente desconocido para nosotros y nos aventamos mi mamá, mi tía, Antonia Valenzuela, y mi prima, María José Rosas. Ellas han sido mis fieles escuderas que desde el principio confiaron en mí y a lo largo de estos 14 años se han mantenido firmes y forman parte del crecimiento", aseguró.

SUBE Y BAJA DEL NEGOCIO

Rivera Valenzuela reveló que no fue nada fácil enrolarse en este negocio de la venta de comida, ya que se le presentaban distintas trabas que le hacían cuestionarse que si realmente valía la pena, ya que en muchas ocasiones nunca llegó a tener ganancias.



“Aprendimos a trancazos, sobre la marcha. Fue muy difícil, pues se te presentan muchas trabas, desde permisos, impuestos y pagos. A veces no había ganancias y me quedaba sin nada. Yo ya me había casado, mi esposa estaba embarazada, yo tenía 18 años. Imagínate la cantidad de pensamientos que llegué a tener. Pero gracias a Dios me tuvieron paciencia y las cosas fueron mejorando. Después de cuatro años de grandes sacrificios, donde no encontraba muchas veces la puerta, fue que se empezó a consolidar el negocio", destacó.

El integrante de una familia de cuatro hermanos resaltó que con el paso del tiempo se le va agarrando sabor al asunto, se familiariza con la gente y con los clientes de siempre.



“Se siente bonito que la gente te acepte. Es gracias a todo el equipo, que sin ellos no se avanza, y a muchos familiares que no los ves aquí, pero trabajan arduamente desde casa", externó.

VARIEDAD

Expuso que estudió la Licenciatura de Contador Público en la Universidad de Sonora (Unison), lo que le ha permitido reforzar el área administrativa de la taquería, en donde aplica los conocimientos adquiridos durante la carrera.



Fan de los Mayos de Navojoa, subrayó que desde el principio han sido tacos de deshebrada con chicharrón y frijol, y los de harina son los favoritos.



Con el paso del tiempo, agregó al menú tacos de cabeza, los cuales también han sido del agrado de los consumidores.



Agradeció a todos sus clientes por hacer crecer la empresa, así como a quienes han formado parte del equipo, que ha ayudado a convertirse en el punto más popular de los coloquialmente llamados

"tacos de liebre”.

"Siempre que viene alguien, te deja una parte de su tiempo aquí y eso lo valoro mucho", puntualizó.

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