
Comentó que los tapancos son una especie de ofrenda, un ritual místico o mitológico fundamentado en la cosmogonía, expresión intangible, inmaterial y sobre natural, que cada pueblo concibe conforme sus creencias y los valores históricos y culturales heredados por sus antepasados.
Las familias de cada pueblo tienen sus especiales creencias para la instalación de los tapancos, por esos varían de un lugar a otro, desde la construcción hasta los ornatos y los objetos que se les ponen, destacó el cobanaro.
Mencionó que por lo regular los tapancos son construidos con pequeñas orquetas y palos de mezquite o binorama, con un tapete de carrizo que le ponen arriba, amarrado con cáñamos o tiras del mismo mezquite o la binorama, según sea el caso.
Arriba del tapete, se colocan lo que según las creencias, usos y costumbres, le gustaba al difunto o difuntos, ánimas que se arrimarán a comer frutas, tomar agua, café o las bebidas de su preferencia con las correspondientes marcas que le gustaban al extinto.