¿Cuál fue el primer mercado que se construyó en Sonora y en qué año sucedió?

Ubicado en el centro de Hermosillo, es uno de los recintos comerciales más emblemáticos de la capital sonorense

¿Cuál fue el primer mercado que se construyó en Sonora y en qué año sucedió?

El Mercado Municipal José María Pino Suárez se ubica en el corazón del centro de Hermosillo, y no solo es uno de los centros de comercio más importantes de la ciudad, sino que fue el primer centro de abasto formal construido en Sonora.

Este edificio histórico cuenta con más de un siglo de vida y representa un símbolo cultural y económico que ha resistido los embates del tiempo y las transformaciones urbanas de la Ciudad del Sol.

MERCADO MUNICIPAL DE HERMOSILLO, EL PRIMERO DE SONORA

El Mercado Municipal de Hermosillo, también llamado "José María Pino Suárez", fue el primer centro de abasto formal construido en Sonora. Su historia comenzó en 1910, cuando se colocó la primera piedra como parte de las celebraciones por el Centenario de la Independencia de México.

El edificio abrió oficialmente sus puertas el 29 de noviembre de 1913, tras superar retrasos provocados por la Revolución Mexicana.

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A lo largo de sus más de cien años de existencia, este inmueble ha resistido los embates del tiempo, las transformaciones urbanas y hasta amenazas de demolición. Uno de los momentos clave en su historia reciente fue la remodelación de 2017, que permitió conservar su funcionamiento sin perder su esencia histórica.

¿DÓNDE SE ENCUENTRA EL MERCADO MUNICIPAL DE HERMOSILLO?

El mercado se ubica entre las calles Monterrey, Matamoros, Guerrero y Elías Calles. Su diseño inicial una estructura cuadrada con puertas y ventanas en arco no fue del agrado de los habitantes, lo que motivó una temprana remodelación liderada por Manuel Millanes, quien agregó una fuente central para embellecer el espacio.

Antes de su construcción, los hermosillenses realizaban sus compras en pequeñas tiendas, ramadas y cuartos de adobe. Con la apertura del mercado, se consolidó un nuevo modelo de comercio que no solo ofrecía productos frescos y locales, sino también un espacio de convivencia que con el tiempo se volvió parte esencial de la vida diaria en la capital sonorense.

Entre sus primeros locatarios figuran nombres que forman parte de la memoria colectiva de la ciudad, como Ignacio L. Romero, Jesús "Tuerto" Rodríguez y Doña Francisca "Pancha" Nieblas.