
Fue en 1915 cuando el gobernador de Sonora, Plutarco Elías Calles indicó que en Hermosillo se establecería un hospicio y una escuela de artes y oficios para huérfanos de los militares fallecidos en la Revolución.
En un inicio, este internado llevaría el nombre Francisco I. Madero, sin embargo, el nombre fue cambiado por la promesa que hicieron Calles y Cruz Gálvez, que la escuela llevaría el nombre de quien cayera primero en las batallas revolucionarias.
El director de esta institución, Obed González Reyna, señaló que, a la fecha, el internado cumple su función original que es la de atender a menores en situación vulnerable, que, por situaciones económicas y sociales, difícilmente pudieran construir un futuro estable.
"Aquí se forman niños con valores, capacitados para poder insertarse a una sociedad de manera constructiva, se atienden a 110 niños y 90 niñas, a los cuales se busca alejar de situaciones de vulnerabilidad", comentó el director.
En el marco del 100 aniversario y para obtener fondos, este 26 de septiembre se organizará un concierto de gala, promovido por el Patronato Cruz Gálvez, donde los interesados pueden pedir informes a Canaco Hermosillo.