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Policiaca

Perla Angélica muere atragantada con bocado de machaca con papas

Su deceso sobrevino en cuestión de dos minutos; “No pudimos hacer nada”, señalan familiares de la fémina que sufría retraso mental

Perla Angélica muere atragantada con bocado de machaca con papas

Perla Angélica era una mujer de 41 años de edad que tenía cierto retraso mental, por lo que su familia la trataba como a una niña, y la cuidaban como tal.

Sin embargo, hoy su familia en vez de estar celebrando el Día del Amor y la Amistad, en su casa se aprecia un féretro que contiene su cuerpo.

El domingo por la noche estaba cenando machaca con papas, cuando de pronto su familia se dio cuenta que se estaba ahogando.

En un afán de rescatarla de las garras de la muerte, su primo Gabriel explicó que le aplicaron diversas maniobras, entre ellas la Heimlich, para sacarle el bocado de la garganta y abrirle las vías aéreas, pero no se pudo.

“Estaba comiendo y, de repente, fue un momentito, la miramos así y ya le faltaba el aire, 'se está ahogando', dijimos, no pudimos hacer nada, y se nos desguanzó. Fueron como unos dos minutos; nosotros hicimos lo que se hace: primeros auxilios, abrazarla y aplastarle, pero no, no tiró nada y ya que se desguanzó", contó.

Rápidamente la subieron a una carro y la llevaron a que recibiera atención en Urgencias del Seguro Social de la sindicatura Estación Bamoa, Guasave, Sinaloa.

"La llevamos inmediatamente, al Seguro, y ahí ya fue donde nos dijeron que no llevaba signos. Estábamos muy alegres, queríamos ir al panteón a visitar a mi mamá”, narró.

A su llegada, médicos de guardia salieron a recibirla y a intentar ayudarla, pero sólo pudieron determinar que Perla Angélica había dejado de existir.

La mujer había quedado al cuidado de sus primos, pues su madre y su tía, quienes la atendían en todo, fallecieron.

Desde que se convirtió en su responsabilidad, sus seres queridos se desvivían en atenderla, pero la muerte llegó en una de esas ocasiones en que nada se puede hacer.

Gabriel contó que este 14 de febrero visitarían a su madre en el panteón, pero jamás pensó que sería para llevar también a su prima.

Y lo que debió ser un día de fiesta, cuando se ve a las personas pasar con detalles, globos, muñecos de peluche y ramos florales, ahora coronas fúnebres de flores se aprecian en la que fue su casa, rodeando su ataúd, sencillo, color madera, pues los deudos y vecinos están despidiendo a una mujer con espíritu de niña, hecho que deja de manifiesto la fragilidad del ser humano.