¿Vas de viaje y necesitas llevar tu skincare? Aquí te decimos cómo empacar tus cremas y cosméticos
Las vacaciones de Semana Santa están a la vuelta de la esquina y el cuidado de la piel no descansa. Lleva tu skincare contigo y sin contratiempos
Foto FreepikLas vacaciones de Semana Santa se aproximan y necesitas armar tu maleta pero ¿no sabes cómo proteger tus productos para proteger tu piel? Estas son algunas de las recomendaciones para llevar contigo tus artículos sin que resulten dañados.
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Entre la ropa, zapatos, accesorios y otros artículos resulta complicado encontrar un espacio para tus productos de cuidado personal, más con las restricciones que las aerolíneas y normas que los aeropuertos imponen para el equipaje.
Lo más efectivo para guardar tus cosméticos es utilizar un estuche que sea exclusivo para ellos, son de fácil manejo y están diseñados para empacar y organizar este tipo de artículos, además de presentar el tamaño adecuado.
Pero, todo dependerá de la vía por la cual te transportarás a tu lugar de destino, pues como se menciona anteriormente, debes tomar en cuenta las pautas establecidas en caso de que viajes en avión.
De acuerdo con la información que proporciona el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), los cosméticos que contengan líquidos, geles o aerosoles deben ir protegidos con tapa en recipientes individuales y no deben sobrepasar los 100 mililitros o 3.4 onzas y ser protegidos por una bolsa de plástico resellable.
RECOMENDACIONES PARA EMPACAR TU SKINCARE
- Usa calcetines gruesos, aluminio o plástico para proteger mayormente los perfumes, cremas o bases de maquillaje, sobre todo cuando se trate de envases frágiles.
- Haz uso de cinta adhesiva para una mayor protección de los artículos más pequeños, como brochas o pinzas, o que puedan abrirse en el viaje.
- Coloca algodón sobre tus estuches de sombras o polvos compactos, así evitarás que se rompan o dañen.
Estas recomendaciones te podrán ayudar para que tus objetos personales lleguen bien al destino y no te encuentres con la molestia de tener que desecharlos o comprar nuevos, lo cual implique un gasto más que afecte tu bolsillo y merme tu presupuesto para las vacaciones.
