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Las Plumas

¡Un nuevo día!

Cada segundo se escuchaba más fuerte el silbido que venía del exterior, mientras yo seguía en cama discerniendo qué podría ser ese extraño sonido

Jesús Huerta Suárez

Ayer fue uno de esos días en que no me quería levantar de la cama; pensaba en lo absurdo que todo se va convirtiendo hasta llegar a esta terrible rutina.

Las críticas y las ofensas recibidas resonaban en mi mente sin dejarme pensar en otra cosa y no solo eso, me pesaban como plomo sobre la espalda.

A mí alrededor, todo era una quieta desesperación teñida de tristeza y melancolía, hasta que de pronto escuché un extraño silbido que entraba por la ventana junto a los primeros rayos de luz del día.

Me quedé viendo la luminiscencia y las partículas de polvo que danzaban lentamente en el ambiente hasta perder la mirada por el sol. Cada segundo se escuchaba más fuerte el silbido que venía del exterior, mientras yo seguía en cama discerniendo qué podría ser ese extraño sonido, hasta que me ganó la curiosidad.

Tallé mis ojos. Me puse las pantuflas y salí al patio, en donde encontré que las ramas del ciruelo desnudo, sin hoja alguna porque el invierno se las arrebató, estaban llenas de colibríes que cantaban alegremente por el nuevo día que iniciaba, lo que fue suficiente para recordar que yo también tenía ante mí la oportunidad de vivir un nuevo día, y lo estaba desperdiciando flagelándome con las tonterías que por montones llegaban a mi cabeza…voltee a mi alrededor viendo con otros ojos cada detalle del jardín, de la tierra, del cieno y sintiendo cómo el dulce viento que me envolvía, secaba mis lágrimas.

En las alturas, las nubes caminaban ordenadas cual manada de ovejas. En las palmas en flor las abejas frotando suavemente su cuerpo para llevarse el polen que en el verano se convertirá en frutos…todo era armonía y yo fuera de sintonía, hasta que escuché una voz que dijo: “aquí siempre estaré para cuando estés listo para adaptarte a los cambios necesarios para hacer de la vida un deleite”. Y del gusto de dejar atrás el pasado, me puse a cantar.