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Las Plumas

Terreno caliente

Muchos se atreven a señalar las casas a las cuales se ven llegar las patrullas municipales, estatales o federales por “la cuota”...

Francisco Gonzalez Bolon

Mientras el país se incendia, con casos como Chilpancingo, Toluca, San Luis Potosí o Tamaulipas, en Ciudad Obregón el terreno “se calienta” todavía más con lo que se supone son revelaciones de un Policía municipal sobre las acciones del narco en la región, en contubernio con algunos agentes.

Si lo que en un video que circula ya profusamente por distintos canales de las redes sociales es verídico, entonces habría que preguntarnos ¿en manos de quién está la seguridad del físico y patrimonio de los sonorenses?

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Lo que siempre se ha dicho, no solamente en los medios de comunicación sino en la calle, es que hay aún muchas corporaciones infiltradas por la delincuencia y los únicos que no se dan cuenta son esos políticos que gobiernan.

Para ellos, los delitos van a la baja, los homicidios son cosa de unos cuantos, la vida es color rosa y lo principal es pensar en futuras posiciones políticas no en la solución de los problemas de hoy.

Muchos vecinos se atreven a señalar cuáles son las casas a las cuales se ven llegar las patrullas municipales, estatales o federales por “la cuota” o bien a aquellos agentes policiacos cargados de maletines con dinero “para los jefes”, aunque éstos no se den por aludidos.

¡Ah!, pero esos políticos creen que la gente no se da cuenta, que su misión en esta vida es hacer dinero y más dinero a costillas de los ciudadanos, al grado de volverse cínicos y desvergonzados en su actuar, como lo vimos en Cajeme el trienio pasado.

Cajeme no se merece este mar de sangre en que se han convertido sus calles en los últimos años. Pero por más que los ciudadanos han solicitado la actuación de las corporaciones policiacas, solamente vemos remedo de combate a la delincuencia.

Hay más simulación que efectividad, pero los responsables de la seguridad no se atreven a dejar el jugoso cheque quincenal, a pesar de nadar de muertitos y salir con declaraciones ya por todos conocidas, como aquella de “se llegará hasta las últimas consecuencias”, “se está investigando”, “no habrá impunidad” y tantas otras frases huecas que acostumbran los políticos.

Se tienen lazos políticos tan fuertes que no se atreven los gobernantes a pedirle la renuncia a aquellos que no están dando resultados, sino que los cobijan a más no poder.

Tal vez piensen que podrán usarlos como “enlaces” con los delincuentes ahora que se vienen los procesos electorales en los cuales se les otorga carta abierta con tal de que los ayuden a conservar o ganar las posiciones políticas.

Quizá quienes se fueron del Gobierno actuaron peor, pero precisamente muchos votaron porque creyeron en que vendrían transformaciones de fondo en las estructuras del poder.

Pero la población se ha desencantado porque a la hora de ejercer el poder, los de hoy han resultado a veces peores que los criticados del PRI y PAN.

Muchos han mostrado muy pronto el cobre y otros les siguen los pasos, por lo cual muchos aspectos de la vida pública, como por ejemplo las decisiones de los agentes del Ministerio Público o los jueces, son a veces más descaradas a favor de los intereses económicos o políticos de los poderosos, mientras que el pueblo, ese que los llevó al poder, sigue esperando justicia.

Se siente en el ambiente que el país se está desbaratando. Chilpancingo, Guerrero, es solamente una muestra de lo que puede llegar a ocurrir cuando la gente se harta o bien le dan motivos para irritarse.

Y eso no debe suceder en Sonora. Ojalá los que hoy mueven los hilos del poder recapaciten y se autocritiquen para saber que no están haciendo bien las cosas en materia de Seguridad Pública.

Si deben darse golpes de timón, habrá que actuar en consecuencia, pero que no se piense más que no se actúa por temor a la delincuencia o, peor aún, por complicidad.

Ninguna de esas alternativas es bien vista por la sociedad, por lo que si no pueden, mejor renuncien.

Comentarios: franciscogonzalez.bolon@gmail.com