Se siente bonito
Creo que es bueno ponernos a trabajar en casa. Ocuparnos, servir a la gente, generar oportunidades de empleo, mejorar nuestros ingresos
El domingo a medio día nos dispusimos a hacer una carnita asada para honrar la amistad y en especial para disfrutar el maravilloso clima que se cierne sobre nuestra ciudad estos meses, por lo que salimos a comprar lo más básico para sacar adelante nuestro plan, obviamente que de acuerdo a nuestras posibilidades económicas, las que cada vez están más apretadas, por cierto.
Y fuimos por las verduras, la carne y las tortillas. Las cervezas ya estaban en el refrigerador. El caso es que en lugar de ir a los grandes supermercados mejor fuimos a negocitos familiares ubicados en la misma casa de los dueños de ahí por mi barrio; ahí estaban padres e hijos atendiendo a los clientes, y sabes que me dio tanto gusto ver que familias estén emprendiendo sus negocios. Esto no solo significa que se estrecharán los lazos afectivos entre ellos, sino que, al momento en que todos emprendamos algún comercio o servicio, además de ocuparnos provechosamente, estaremos provocando que haya más circulante de efectivo en la ciudad, lo que al final de cuentas genera un mayor bienestar, mismo que se traduce a mejores servicios y, si bien nos va, menos violencia por las adicciones que provocan las drogas.
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Creo que es bueno ponernos a trabajar en casa. Ocuparnos, servir a la gente, generar oportunidades de empleo, mejorar nuestros ingresos y cansarnos haciendo algo que nos guste. Ya este tren de vida nos permitirá tener una visión más clara de hacia dónde queremos llevar nuestros pasos y nuestra vida.
Y les digo, estando ese día en las tiendas que les platiqué arriba, haciendo cola para pagar, o platicando con el dueño, sentí muy bonito. Sentí una emoción especial no sé por qué, y eso que las personas que me atendieron no son ni siquiera conocidos míos.
Ahora solo nos falta dar el primer paso; recordar cuál es nuestra especialidad, por más simple que esta sea, conseguir un poco de capital y comenzar con un negocio propio en donde podamos involucrar a nuestra familia, generar ingresos extras para darnos nuestros gustos y necesidades, tener una ciudad más activa y ser más trabajadores que vividores, que bien nos caería. Solo esperemos que esta pesadilla de la pandemia ya nos deje en paz.