Rescate de suelos

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Don Marcel Morales Ibarra, director de Biofábrica Siglo XXI, sostiene que este programa habrá de instrumentarse inicialmente en los estados de Sonora, Sinaloa, Baja California Sur y Baja California, en los cuales curiosamente el fenómeno de las sequías se ha vuelto permanente.
Recordó que en México, a principios de los setenta, cuando se introducen los fertilizantes en forma masiva la eficiencia de los suelos para aprovecharlos era del 90%; hoy el promedio nacional es del 20%, es decir, se desperdicia 80% del insumo más caro de la producción agrícola y esto resulta altamente contaminante del suelo, agua y atmósfera.
Por cada kilo de Nitrógeno aplicado, se emiten a la atmósfera 12 kilos de bióxido de carbono, según los estudios, pero lo más alarmante es que los fertilizantes nitrogenados son responsables del óxido nitroso, gas de efecto invernadero 400 veces más potente que el bióxido de carbono.
Por ello, Marcel Morales enfatizó que en este programa la prioridad en un horizonte de tres años es trabajar en la conservación y regeneración de los suelos, para mejorar sus condiciones físicas y químicas, así como propiciar la captura del CO2 en ellos y hacer un uso más eficiente del recurso agua.
Para ello, se fomentará el uso de bioinsumos, es decir biofertilizantes, biopesticidas, fertilizantes bioencapsulados y compostas enriquecidas, que permiten a los cultivos retener más materia orgánica, humedad y regenerar la vida micriobiótica en el suelo.
De acuerdo con análisis de Biofábrica Siglo XXI, una de las metas concretas y posibles del programa es disminuir entre 30% y 50% el uso del fertilizante químico, con énfasis en la eliminación del amoniaco anhidro, altamente devastador de los recursos naturales.
Eso permitirá incrementar rendimientos, disminuir costos de producción y las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen al fabricar, transportar y utilizar este insumo y evitar el impacto negativo de estos productos en el medio ambiente y en los suelos agrícolas.
Por ejemplo, con microorganismos benéficos (Azospirillum brasiliense, glomus intraradice, Rhizobium etli) se ha logrado incrementar el rendimiento entre 15 y 30% y mejorar la calidad y la sanidad de los cultivos, además tiene un gran potencial para aumentar el secuestro de carbono atmosférico en el suelo, lo que significa una medida altamente efectiva contra el cambio climático. Igual existen bioinseciticidas y biofungicidas altamente efectivos para combatir plagas y enfermedades a menor costo y sin impacto negativo en el medio ambiente.
Otro insumo sustentable es el uso de materia orgánica y mejoradores del suelo, que permiten recuperar la fertilidad y las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. Además, existe una gran cantidad de fuentes de materia orgánica generadas por la industria agroalimentaria, que pueden ser aprovechadas.
El programa destaca que aunque la productividad está ligada a la rentabilidad, existen otros factores que igual la favorecen, como la calidad de los cultivos, que pueden tener un mejor precio en el mercado o pueden acceder a mercados de exportación; dar valor agregado como orgánicos o sustentables, ya que obtienen un plus en el mercado; dar mayor vida de anaquel, que se logra con el uso de la tecnologías que retrasan la maduración de los frutos en etapa post-cosecha.
En suma, este proyecto deberá estar ligado a mejoras prácticas de cultivo, acompañadas de investigación aplicada, capacitación, asistencia técnica y transferencia de tecnología. Además se deberá hacer una evaluación de avances en las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo; costos de producción; uso eficiente del agua; incrementos en rendimientos, rentabilidad, calidad del cultivo y sanidad del cultivo.
Sin duda, iniciar por el noroeste del país es bueno ante la emergencia que enfrentan grandes extensiones de suelos agrícolas, dado su alto grado de degradación.
Ojalá y este programa no quede, como muchos otros, en los escritorios.
Comentarios: francisco@diariodelyaqui.mx