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Muchos ciudadanos se preguntan si la construcción de un hotel con montos millonarios es la inversión que necesita nuestra comunidad
Vaya revuelo que ha causado en redes sociales el reciente anuncio que realizó el gobernador Alfonso Durazo en el que presentó el proyecto de (otra vez) remodelar la Laguna del Náinari, mejor conocida como “La Novia de Cajeme”, en el cual se plantea la remodelación de las zonas comerciales, el Parque Infantil, el Deportivo Álvaro Obregón, y la creación de un hotel.
Sin embargo, usuarios de redes sociales hicieron sentir su inconformidad por el anuncio millonario el cual haciende a los casi 15 millones de dólares de inicio, ya que, como todos sabemos este tipo de inversiones siempre terminan por presentar un sobrecosto al finalizar su construcción. El anuncio anterior se suma a una larga lista de promesas millonarias de inversiones en la región como la remodelación del Estadio Tomás Oroz Gaytán, la construcción de un nuevo acueducto desde la presa del Oviáchic hacia las comunidades yaquis, edificación de una Ciudad Universitaria (lo que sea que esto signifique), entre algunas otras, las cuales, en suma, representan alrededor de 4 mil millones de pesos de inversión en la región.
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Independientemente de que, muy poco de lo prometido se ha materializado en la realidad, es importante reconocer que, promesas de inversión de ese calado nos dejan dos lecciones: en primera instancia que, de consolidarse las promesas, el municipio de Cajeme podría tener un nuevo impulso que tanta falta nos hace y; nos demuestra que la vieja cantaleta conocida como “no hay recursos” se queda en una simple frase excusadora para invertir el dinero de los impuestos en las cuestiones que son prioritarias para el gobierno en turno. Es justamente ahí donde la puerca tuerce el rabo porque, como es por todos sabidos, Cajeme se encuentra pasando por momentos sumamente complejos en los que la crisis de violencia e inseguridad, las calles destrozadas, la falta de oportunidades y, recientemente la escases de agua, han comenzado a generar un éxodo de familias quienes ante esta difícil situación han tenido que comenzar a buscar nuevos horizontes en búsqueda de una vida digna y en paz, lo que desde hace muchos años dejaron de encontrarlo en Ciudad Obregón.
Muchos ciudadanos se preguntan si la construcción de un hotel con montos millonarios es la inversión que necesita nuestra comunidad, sobre todo cuando se dan una vuelta por las avenida principales de la comunidad y no se encuentran más que con un sombrío panorama de locales en renta y negocios quebrados, ¿A quien albergarían en ese hotel si las condiciones del municipio no son las optimas para recibir visitas?, Representando así, una patada en las criadillas para las cientos de familias que día con día tienen que soportar el salir de sus hogares y encontrarse con el río que provocan los desechos que expide un drenaje colapsado y ni que decir de las madres y padres de familia que tienen que normalizar el vivir con la zozobra de dejar sus hogares sin saber si al regresar encontrarán sus pertenencias.
Para darnos una idea de la magnitud de dichas obras, con la pura inversión que supuestamente se realizará en la Laguna del Nainari alcanzaría para adquirir 135 patrullas eléctricas por 5 años como las que acaba de obtener el Ayuntamiento de Hermosillo, o se podrían pavimentar 704 mil metros cuadrados con asfalto, inversiones que atacarían directamente las necesidades de un Cajeme con necesidades urgentes.
Por último, no falto quien hiciera el comentario que dicha problemática radica, una vez más, en la decisión de elegir como representantes del pueblo a personas sin arraigo quienes desde un escritorio dirigen el futuro de miles de ciudadanos que, como siempre, resultan ser las víctimas de esta tragicomedia.