La problemática de la seguridad en América del Norte es un desafío común y, por tanto, es importante que se privilegien en las agendas de cooperación internacional los procesos de gobernanza, la escucha atenta de las contrapartes y la construcción conjunta de respuestas. Del mismo modo, la ponderación del diálogo como vía de entendimiento, negociación, y como la capacidad para suscribir acuerdos que, desde un marco del respeto a la soberanía de las naciones, permita definir rutas conjuntas de colaboración para enfrentar las problemáticas compartidas.
La relación bilateral entre México y Estados Unidos, requiere la implementación de políticas y dinámicas de seguridad coincidentes ante los desafíos que representan las células del crimen organizado que se han extendido a nivel global y que encuentran en la frontera un punto crucial para sus mercados ilícitos: Del mismo modo, se requieren consolidar nuevos modelos de entendimiento que permitan a ambos países, transitar entre el conflicto y la colaboración mediante la reconstrucción de consensos y confianza entre ambos gobiernos.
La historia de México da cuenta de una postura firme en términos de la defensa irrestricta de la soberanía nacional, pero también, del respeto a todas las naciones sin excepción.
La paz ha sido siempre una política del Estado mexicano, el diálogo y la cooperación vehículos de negociación internacional, y la resolución pacífica de los conflictos la estrategia permanente.
La seguridad de un país tiene un carácter multidimensional, por lo que, la problemática binacional actual con respecto al trasiego de armas y drogas debe leerse y comprenderse desde los diferentes aspectos que inciden en ello, en la consideración de aspectos tales como:
-El control territorial delictivo
– La seguridad pública y la seguridad nacional
-La inmigración no regulada
-Los riesgos para las poblaciones y los sectores socialmente vulnerables
-Las adicciones no atendidas y los problemas de salud pública
-Las corporaciones de seguridad vulneradas y/o comprometidas con lazos delictivos
Así como la ponderación de las profundas asimetrías económicas y sociales que generan los éxodos en todo el continente.
Todo esto, como una respuesta a las problemáticas de:
-El narcotráfico
-El tráfico de armas
-El tráfico de personas.
Asimismo, se requiere regresar a la definición de los intereses compartidos, fortalecer las Mesas de Cooperación Bilateral de Seguridad, y trabajar distinguiendo dos campos de atención: la Seguridad y la Defensa, bajo la consideración de centrar esfuerzos en la vigilancia operativa en los territorios, así como en la vigilancia del espacio cibernético conocido también como el espacio ciberfísico, en la evidencia de que los cárteles y las células del crimen organizado se adaptan con facilidad a los cambios tecnológicos.
En estas consideraciones, es importante la comprensión multidimensional de las problemáticas de la seguridad, que requieren de un enfoque que, si bien atienda desde lo territorio, considere la importancia vital de atender el problema desde la óptica del desarrollo humano a través de una visión integradora en clave de derechos humanos.
México requiere impulsar con nuestros vecinos del Norte, la atención compartida de la seguridad desde una perspectiva que nos represente a ambas naciones, por nuestra parte, desde el Humanismo Mexicano, fincado en la atención de:
La prevención
La generación de empleos
La atención de la migración
La atención de las violencias desde lo local y comunitario
El problema de las adicciones como un tema de salud pública
En ese sentido México bajo la visión y el trabajo de la 4Ta Transformación, ha venido trabajando en la atención de las causas, en las campañas de paz y de educación a través del trabajo intersecretarial y desde luego, desde la atención a los canales de impartición de justicia.
Hoy más que nunca nuestros interlocutores de México con Estados Unidos requieren implementar desde cada espacio consular, la procuración de una atención a nuestros connacionales radicados en dicho país, acompañarles con información y ofrecerlas canales de comunicación, especialmente en estos momentos en que las deportaciones por parte del Gobierno norteamericano parecen haberse deslindado de los protocolos elementales de respeto a las garantías individuales y avivado la discriminación, la xenofobia, lesionando considerablemente el diálogo.
Hoy más que nunca, requerimos trabajar en la definición de políticas públicas y estrategias conjuntas para la atención bilateral de la seguridad como respuesta al impacto social, cultural y económico que representa el avance de los grupos delictivos.
-En los mecanismos de inteligencia y comunicación bilateral
– En procurar y mantener una perspectiva humana de la seguridad en ambos lados de la frontera.
-En establecer rutas de cooperación en clave de derechos humanos, sin ideologías supremacistas, y sin exclusión por condición racial, o contra personas de sector LGBTQ+.
En el tema de la Seguridad Nacional la construcción de sistemas judiciales fuertes es una condición básica, hoy en México y gracias a la Reforma al Poder Judicial, contamos con una nueva generación de hombres y mujeres dispuestos a dar ejercer su responsabilidad desde la ejemplaridad pública. Con esto, México ha dado un paso firme para respaldar la estrategia nacional de Seguridad Nacional. Ahora falta armonizar de manera real y contundente todos los esfuerzos que en esa materia se realizan desde lo local hasta lo federal con la concurrencia de la Secretaría de Seguridad Pública Ciudadana y de los esfuerzos de nuestras instituciones como la Secretaría de Relaciones Exteriores, en la ruta de la cooperación bilateral en estricto apego a los parámetros diplomáticos que, desde el legado de Juárez, podemos resumir en pocas palabras: Soberanía, Paz y respeto a las naciones.
Exhorto a los senadores y senadoras de México, que más allá de nuestra definición partidaria, aportemos de manera propositiva a la construcción de nuevas narrativas que nos representen a todos como nación, de cara a una problemática que afecta no sólo la relación bilateral por la profunda diferencia en los enfoques de abordaje, sino que vulnera a miles de mexicanos que hoy viven con miedo del otro lado de la frontera, y que requieren acompañamiento para regresar y encontrar en su tierra las oportunidades que alguna vez les faltaron.