Pablo candil de la calle

Por: Eduardo Sánchez

La verdad, da pena ajena lo que el alcalde de Cajeme, Sergio Pablo Mariscal Alvarado, anda haciendo. Y, sobre todo, lo que anda escribiendo. Si es que él lo escribe.
Resulta que por todos los medios ha querido hacer creer que está muy preocupado por el campo sólo porque pide en un "comunicado" que el propósito de la autosuficiencia alimentaria no se entrampe en un conflicto ideológico.
Está bien que estemos en una región agrícola, pero como que el Presidente Municipal se extravía un poco de su real gestión y en vez de hablar de cómo va a resolver los problemas de violencia, de falta de alumbrado público, de la ineficiente recolección de basura, de los robos de autos o a los domicilios que día a día viven los cajemenses, se pone a filosofar sobre "una producción agroalimentaria que satisfaga las necesidades de consumo en el país".
Digo, el tema es bueno pero en estos momentos los ciudadanos no quieren saber si hay que detener o incrementar la compra de granos básicos a otros países. Lo que el pueblo exige hoy es que sus autoridades municipales les calmen a los ladrones, a los asesinos, el incremento de los drogadictos y otros aspectos que dañan el panorama social.
Para determinar lo de la autosuficiencia alimentaria están los expertos.
A menos que el Alcalde se refiera a la producción del agave para el tequila.

DESAPARECE SAE
Pues ya prácticamente está desaparecido el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), que será sustituido por el Instituto de Administración de Bienes y Activos.
En términos coloquiales, este organismo es el que se encarga de vender todos los bienes producto de decomisos o bien de la extinción de algunas dependencias gubernamentales o cajas de ahorro, por citar algunos casos.
En lo que fue el SAE en Sonora, sus coordinadores apoyaron en gran medida a los hombres del campo que se quedaron endeudados cuando fue desaparecido el Banrural.
Con gran solidaridad, ayudaron a que las carteras vencidas fueran pagadas muy por debajo de lo firmado por los campesinos y una vez liquidadas las deudas, los apoyaron a tener en sus manos de nuevo las garantías por los créditos, como por ejemplo las escrituras públicas de las tierras.
Ojalá con el nuevo organismo se sigan las mismas políticas de apoyo a los necesitados.

PRESIDENTE NO ES ÍDOLO
Pues bien, una buena lección acaba de dar el nuevo Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, quien en un mensaje a quienes le acompañan en el gabinete, les dijo:
"Necesitamos personas en el poder que sirvan a la gente. Es por eso que realmente no quiero mis fotos en sus oficinas, ya que el Presidente no es un ícono, un ídolo o un retrato. En su lugar, cuelgue las fotos de sus hijos y mírelas cada vez que tome una decisión".
Tiene mucha profundidad ese discurso, que si bien puede ser de un político, contiene verdades. Ya que lo practiquen en la realidad, pues es muy difícil pero al menos la intención de desmitificar la figura presidencial, suena muy bien porque todos los funcionarios quieren tener su foto en las oficinas para casi rendirle honores como a los dioses.
Un discurso más o menos en ese sentido fue pronunciado alguna vez por Luis Donaldo Colosio Murrieta. Nunca sabremos si en el ejercicio del poder habría aplicado lo que dijo, pero al menos era un sonorense que inspiraba confianza, con todo y ser del PRI.
Ojalá políticos de ese calibre surgieran todos los días. Este país sería diferente.

VIOLENCIA NO DISTINGUE
En verdad que eso de la violencia no respeta ni a los ex campeones del mundo.
Resulta que en la Ciudad de México el sonosinaloense Julio César Chávez, el segundo mejor boxeador que ha dado el país, después de Rubén "Púas" Olivares, fue asaltado a plena luz del día y saliendo del aeropuerto.
Algunos sujetos en motocicletas siguieron el auto en que viajaba el "Champion" y a las primeras de cambio le despojaron de sus pertenencias, junto con sus acompañantes, a punta de pistola.
En sus redes sociales el boxeador dio a conocer la información que de inmediato levantó un gran número de opiniones.
En Cajeme la violencia ha bajado un poquito, pero no ha desaparecido. Si bien las ejecuciones son en menor número, ahora fue un asalto bancario.
Total que cuando no nos llueve, nos llovizna.
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