Un tema de primer orden
Por: Gerardo Armenta
Una nueva manifestación ciudadana contra el excesivo aumento del impuesto predial tendrá lugar en Navojoa el próximo domingo 23 de febrero. Será la segunda que se llevará a cabo con el mismo propósito. La primera resultó todo un éxito en cuanto a la convocatoria que la generó. Pero es evidente que no logró el objetivo fundamental bajo el cual se organizó. Viene ahora esta otra con la misma finalidad.
La convocatoria a este evento (que en realidad son dos) la suscribe, como la vez anterior, el Movimiento Familiar por Navojoa. La manifestación iniciará a las 10 de la mañana del 23 de febrero (como quedó dicho) en la esquina de Pesqueira y Bulevar Centenario. Terminará con un mitin frente al Palacio Municipal. Toda esta víspera podría quedar sin consumación, si, por ejemplo, en el ínter respectivo las autoridades municipales resolvieran dar marcha atrás con la elevada medida tributaria que han suscrito en relación con el predial.
Normal, objetiva y prácticamente hablando, todo cabe dentro de lo posible en cualquier circunstancia de la vida. Sin embargo, en el caso navojoense que nos ocupa, no se sabe bien a bien por qué razones en realidad no se quiso sensibilizar a nadie ni a nada con lo que primero debió ser un proyecto sometido a gran discusión para aumentar el costo del predial. Simplemente se resolvió incorporar el incremento del caso y por eso se ha venido generando una inconformidad ciudadana que desde hace mucho tiempo no surgía en un lugar como Navojoa.
Bien a bien, no se sabe cuál podría ser la evolución de lo que ciertamente habría que asumir, bajo cierta óptica, como un conflicto real o latente que con posibilidades ciertas de escalar en su evolución. Pero ojalá y no ocurra así. Lo deseable es y será que las cosas no lleguen nunca a ese extremo. En este marco, estaría por llevarse a cabo un encuentro entre el alcalde Jorge Elías Retes y voceros del Movimiento Familiar por Navojoa tras una formal solicitud de audiencia que se hizo con ese propósito.
Mientras tanto, en espera de la respuesta a esa solicitud (que realmente tendría que evidenciar mayor celeridad habida cuenta del problema que está en juego), el mismo Movimiento Familiar por Navojoa también hizo llegar al Cabildo local una solicitud de audiencia con una distinción muy especial: que sea pública. Con toda formalidad legal o jurídica, la parte que formuló la petición la hizo con fundamento en el artículo 50 de la Ley de Gobierno y Administración Municipal del Estado de Sonora. Tal artículo ampara el derecho de los ciudadanos para presentar propuestas de interés ante el Cabildo (lo denomina órgano colegiado) y garantizar una sesión del Ayuntamiento abierta.
No se sabe qué curso correrá esta formal solicitud, si bien el asunto no tendría por qué prestarse para ninguna clase de duda o interrogación. Debería bastar y sobrar con atender al pie de la letra el artículo que se menciona para que el Cabildo asuma una petición como la que se describe. Pero es probable que, a la hora de la hora, los hechos en mención no vayan a ser tan fáciles, si es que, aparte, llegan a ser, prácticamente hablando. No se entiende por qué, pero es común que, para toda clase de menesteres, se dispone de un andamiaje legal impecable e impresionante, si cuando resulta necesario utilizarlo, poco o nada, se aprovecha de sus mandamientos en beneficio del interés público.
Así están las cosas, entonces, en y con el muy cuestionado tema que tiene que ver en Navojoa con el aumento de los montos del predial. Por la obvia razón que lo singulariza, éste se ha convertido en un tema de primer orden en el contexto social de la "Perla del Mayo". Es obvio que no pudo ser de otra forma. A estas alturas, la discusión ciudadana por el tema del predial, alcanza una llamativa e interesante medida o proporción que no puede ser ignorada. Y menos ante la exigencia, que igualmente ha ganado terreno, para que se preste atención a la sentida queja pública, generalizada ya, en contra de la costosa vigencia de un impuesto como el predial.
Los hechos suelen ser como son y, los que se comentan en estas líneas, es preciso advertirlos al tenor de la textura crítica y corajuda de una ciudadanía que eligió banderas muy cercanas a su economía para suscribir la protesta que hoy sustenta en relación con el polémico gravamen aludido. Por obvias razones que se explican por sí solas, cabe suponer que, a esta historia perfilada en Navojoa, todavía le restan algunos episodios. Habrá que atender su coloración.
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