Navojoa: alumbrado público

Se requieren 3,500 lámparas

Por: Gerardo Armenta

De alguna manera se ha convertido en lugar común decir que por las noches Navojoa es una boca de lobo por la oscuridad o penumbra que impera en su ámbito urbano. Se trata de una situación que históricamente nunca se había presentado, por lo menos con el grosor que hoy hace notar. Sin embargo, no puede ignorarse que esta misma situación de crisis se padece en otros e importantes aspectos de lo que se conoce como servicios públicos.

De una u otra manera, lo cierto es que el paso de los años terminó por ubicar en su justa y cabal perspectiva el sentido de crisis o deficitario que por desgracia singulariza el esquema general de la cotidiana prestación de servicios de primer orden para toda comunidad, tal y como ocurrió en Navojoa. Ciertamente, en esta comarca los principales de tales servicios y su modo de llegar a la ciudadanía, distan mucho de ser óptimos, sino todo lo contrario. Estamos hablando de realidades eminentes o de primer orden en toda comunidad con aprestos o no de modernidad, tales como drenaje, agua, limpieza, pavimento, alumbrado, y las que se acumulen, como es propio que se acumulen.

Sin embargo, para ser objetivos en el planteamiento de esta situación, tiene que reconocerse que los conflictos urbanos que nutren el esquema descrito, no son nuevos en el ámbito navojoense, sino que más bien se han venido acumulando ahora sí que con el paso de los años. Piénsese, por ejemplo, en los casos del drenaje y el agua en un lugar como la Perla del Mayo. Se trata, por supuesto, de anomalías que desde hace tiempo están haciendo crisis, lo que significa que, a lo largo del tiempo o de la historia local, se les dejó un tanto lado sin, advertir la factura social y económica que más temprano que tarde terminarían por evidenciar.  

La verdad es que todo gobierno, sin importar su rango o nivel (municipal, estatal o federal) suele ser triunfalista, la mayoría de las veces con más verbalismo de por medio que efectividad real. Más preocupados por la inmediatez de los aplausos, casi ningún gobierno planea realmente con vistas a un futuro que vaya más allá de su particular tiempo y asumiendo causas u obras que históricamente son las que convendría al buen nivel de vida de una colectividad. Así es como fundamentalmente, y por desgracia, suele dejarse para después la solución de lo que tendría que asumirse a título inmediato.

Pero también hay que ver y aceptar el juego de las circunstancias que imperan en un momento determinado en un quehacer gubernamental. De suyo es o debe ser fácil reclamar por la inexistencia o el atraso histórico de una determinada obra en una comunidad, sin tomar en cuenta los entretelones de un gobierno que muchas veces no permiten la realización de una determinada obra. Multitud de casos o ejemplos en todo el país documentan una afirmación como la anterior, aunque a la hora de la hora los problemas persistan y crezcan de una u otra forma.

Pero mientras tanto, el programa de alumbrado en Navojoa comienza a mostrar evidencia de su buena marcha. Por ejemplo, ya se ha beneficiado a por lo menos 10 sectores con la instalación de más de 300 luminarias. De esta manera, vale decirlo, ser pretende combatir el déficit que tiene el renglón del alumbrado público. Así lo dijo el titular de Servicios Públicos Municipales, Mario Ramírez. “El programa va avanzando –señaló- en las zonas que se encontraban rezagadas, a la par con los trabajos donde hay alumbrado público”. He aquí, entonces, buenas nuevas.

He aquí un dato que importaría registrar: en el municipio de Navojoa se requieren 3,500 lámparas para robustecer o reforzar el esquema de alumbrado público. Tal es un diagnóstico del que debió partirse para apuntalar los trabajos de alumbrado. Éstos por lo visto han estado poniendo el acento, y que bueno que sea así, en el área rural. Pero es de suponerse que también esos trabajos tienen un énfasis en la zona urbana o citadina propiamente dicha. Podría tomarse como exageración decirlo, pero hay lugares céntricos de Navojoa caracterizados por una espesa oscuridad que obliga mejor a sacarles la vuelta, mientras son peras o son manzanas.

Un sistema de alumbrado público más o menos decoroso es o tiene que ser exigible en un municipio como el de Navojoa. Tiene que ser así...

armentabalderramagerardo@gmail.com

DEJA UNA RESPUESTA

Noticias Recientes