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Las Plumas

NARCOTERRORISMO A LA ORDEN DEL DÍA

Lo sucedido en días pasados en el puerto de Guay­mas conmociona...


Lo sucedido en días pasados en el puerto de Guay­mas conmociona, una vez más, a toda una comu­nidad, esto debido a la brutalidad y la impunidad con la que miembros del crimen organizado comienzan a actuar en la entidad.

Hasta el momento en que se escriben estas líneas, los hechos, como muchos otros, siguen sin escla­recerse, en el que se habla incluso de la imple­mentación de granadas de fragmentación en lo que significa un ataque directo y frontal en contra del Estado, toda vez que dicha acción se presentó precisamente frente a las instalaciones donde se deposita el poder ejecutivo municipal.

Dicen los que saben que para solucionar una problemática lo primero que debemos hacer es reconocer el problema y empezar a llamarlo por su nombre, por lo cual, lo sucedido en días pasados en Guaymas debería hacernos tomar conciencia de la situación por la que estamos atravesando en So­nora en la que, la captura del Estado se ha vuelto una realidad que ha abierto las puertas a lo que se conoce como “Narcoterrorismo”.

En primeria instancia, habría que saber de que hablamos cuando decimos terrorismo, como lo dice el jurista Manuel Ossorio en su Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales: “El terrorismo son los actos de violencia en contra de personas, la libertad, la propiedad, la seguri­dad común, la tranquilidad pública, los poderes públicos y el orden constitucional o contra la administración pública”.

Como podemos observar, los hechos ocurridos el pasado jueves en Guaymas encajan a la perfec­ción con la anterior descripción, debido a que, durante los hechos se usaron armas de grueso calibre justo frente al Palacio Municipal, en los que, lamentablemente, perdieron la vida una joven quien precisamente se encontraba ejerci­endo su derecho a la libertad de expresión con la finalidad de poner un alto a la violencia en contra de las mujeres, así como un oficial de las fuerzas armadas municipales quien se encon­traba fungiendo con su deber.

Inmediatamente, todas las autoridades salieron a las redes sociales para lanzar las ya famosos “enérgicas condenas” que no son otra cosa que un lavado de manos para proseguir como si fuera parte de un manual a asegurar que los tres órdenes de gobierno se encuentran trabajando en el lugar para dar con los responsables de estos hechos, la misma historia de siempre con una violencia que no da su brazo a torcer ante una sociedad que se encuentra cada vez más acotada a llevar una vida lo más cercana a lo normal entre una lluvia de balas y aroma a pólvora que se ha extendido por todo el estado de Sonora sin que autoridad alguna haya podido poner freno ante esta lamentable situación.

Lo ocurrido en Guaymas y lo que ha venido ocurriendo durante los últimos meses en Ciudad Obregón, Magdalena, Caborca y prácticamente toda la entidad, es una muestra inequívoca de que hemos llegado a un punto de inflexión en la lucha contra el crimen organizado en la que, evidentemente, la estrategia de “abrazos y no balazos” ha caído como anillo al dedo… pero a los miembros del crimen, quienes se dan vuelo al amparo del poder y de una ciudadanía cada vez más permisiva e indiferente. Esperemos, en los próximos días, ahora sí, las autoridades brinden resultados concretos y justicia para las familias que han perdido a seres queridos.

borbonmanuel@gmail.com