Desde hace muchos lustros se había manifestado que aumentar el salario mínimo era negativo para la economía del país, porque afectaba de manera directa a la inflación.
Durante muchos años, dentro de la política económica sexenal, no se contemplaba mover de forma representativa el incremento salarial, porque era dañino y no movía nada de la economía nacional.
Dejando de lado que un elemento fundamental de apoyo a los incrementos al salario mínimo está en la productividad y en la producción, la cual México ha presentado importantes avances.
Pero si también se analiza el crecimiento de las economías de manera particular en los estados del país, su avance ha sido fundamental a partir de la dinámica de demanda de bienes y servicios.
Todo porque ya empieza a haber poder de compra de buena parte de la población que anteriormente tenía limitada su capacidad, pues no contaban con disponibilidad económica.
Esto ha hecho que muchas empresas incrementen su capacidad de producción porque ya existe el mercado de demanda para la comercialización de sus bienes y servicios.
En la aplicación de la teoría económica, esto es crecimiento y desarrollo económico porque le da oportunidad al consumidor de tener mayor participación en el mercado.
Considerando que los salarios y el mercado interno están estrechamente relacionados en la economía, ya que los salarios influyen directamente en el poder adquisitivo y en el impulso del mercado interno.
Un mercado interno robusto puede absorber los aumentos de los costos laborales, aunque en sectores de baja productividad o alta informalidad los efectos pueden ser más limitados.
Pero un aumento de salarios sin un respaldo de productividad puede generar presión inflacionaria y afectar la competitividad de las empresas, especialmente si no pueden trasladar los costos a los precios.
Siempre ha existido un debate sobre si los salarios deben ajustarse a la productividad o al mercado interno. En los sectores productivos sí debe ser así, y en otros a la política pública y al consumo.
El equilibrio entre salarios, empleo y productividad es clave para evitar efectos negativos como la pérdida de competitividad o el aumento de la informalidad, y ahí es donde las empresas deben adaptarse.
Finalmente, se determina que el impacto en la inflación es relativamente pequeño, con estimaciones como que aumentarlo en un 10% en el salario mínimo puede elevar la inflación en 0.4%.
Ese impacto ha sido constante, pero su aplicación no ha sido consensuada en el análisis económico, cuando la consideración debe ser siempre la búsqueda de que la economía de México crezca.
El fortalecimiento del mercado interno ayuda a reactivar los sectores productivos que no participan plenamente en la cadena productiva, como ocurre en algunos de ellos en el país.
Si el requerimiento mexicano es independencia productiva de su sector productivo en todas sus regiones, necesariamente debe impulsar, como principio, la expansión de su mercado interno.
Esto le permitirá desarrollarse económicamente de manera más inclusiva y sostenible, reduciendo de manera fundamental los impactos externos, como hoy en día se aprecian con mayor frecuencia.
DEL ESCRITORIO
La negociación del Gobierno Federal con los productores agrícolas permite que la siembra del próximo ciclo continúe de manera satisfactoria para la producción de trigo, maíz y sorgo, pero también enfocarse en el tema del sector en el próximo acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá... Todo parece indicar que la paridad peso-dólar cerrará este 2025 entre dieciocho y diecinueve pesos, debido al comportamiento que se ha tenido en las últimas semanas... De aquí en adelante, el tema del agua estará siempre sobre la mesa de las instituciones públicas y de los sectores productivos y sociales, independientemente de que exista una nueva Ley de Aguas.




