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Las Plumas

Los agobios en el sur

Problemas municipales

Los agobios en el sur

Los agobios sociales o de convivencia en las comunidades del sur del estado, siguen siendo tan frecuentes hoy, como ayer. Por más palabrería demagógica que se quiera utilizar (como es común suceda) para acreditar realidades comunitarias triunfalistas, la realidad, como siempre, termina por imponer sus fueros.

Por lo demás, nunca será posible esperar o exigir del todo que las evidencias de vida cotidiana de las poblaciones sureñas de la entidad, transcurran en una especie de rutinaria felicidad o alborozo como si la vida fuera una especie de película a color. Ciertamente, lo ideal sería disponer de un modo existencial de ese talante, pero la realidad suele ser un estado de cosas que a menudo es común no ofrezca licencias gratificantes como la descrita.

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El desorden es o puede ser una variante en un esquema general como el descrito. En el municipio de Benito Juárez, por ejemplo, la planta potabilizadora del lugar, que durante muchos años brindó servicios cotidianos, comenzó a ser desmantelada el martes anterior. El problema es que esa decisión nunca contó con el acuerdo respectivo del Cabildo. ¿He aquí una pequeña minucia burocrática?

Pues ni tanto, porque la síndica procuradora del Ayuntamiento, Diana Cecilia Zazueta, reveló que, al tener conocimiento de los hechos, ordenó la suspensión de los trabajos respectivos, ya que el proceso de desincorporación no fue el que debió seguirse. Apersonada en el lugar de los hechos, le informaron que existía una autorización del Organismo Operador del Agua y de su Junta de Gobierno para ejercer los trabajos.

El problema, según explicó la síndica Zazueta López, es que la autorización respectiva debió emitirse en una sesión del Cabildo de Benito Juárez, como lo establece la ley, lo cual, empero, nunca ocurrió. Al final de todo, parecería que el descrito es un hecho menor o irrelevante. Por lo menos así lo haría notar una visión ligera del problema.

Sin embargo, no puede ignorarse que, a menudo, en todos lados una buena parte de la problemática social suele generarse por razones que muchas veces no vienen ni al caso. No se está diciendo, ni siquiera se pretendería insinuarlo, que tal es la situación existente en Benito Juárez en el marco de los hechos descritos.

Al contrario, ya que ignorar la potestad de un Cabildo, en el esquema de un mismo Ayuntamiento, no parece ser una decisión afortunada. Por menor o decisivo que se advierta un trámite propio de un Ayuntamiento, si el Cabildo debe estar enterado, más vale que así sea. Una mecánica tan simple como la aludida, puede, en cambio, evitar conflictos que, a menudo, no tendrían razón de ser.

En Etchojoa, mientras tanto, afloró un conflicto con aristas muy distintas y que puede escalar, ojalá y no, a niveles impredecibles. La naturaleza del problema se antoja en extremo contundente en una primera instancia. Habrá que ver la réplica de la contraparte.

Pero los hechos son los siguientes: el Sindicato de Trabajadores del Municipio de Etchojoa llevó a cabo una protesta pública el martes pasado, para exigir la solución de una serie de puntos; por ejemplo: incumplimiento al contrato colectivo de trabajo en nivelación de sueldos, entrega de uniformes, pago retroactivo por quincenas atrasadas y hasta acoso laboral al personal.

La manifestación descrita renglones arriba no es la primera que llevan a cabo los trabajadores sindicalizados del Ayuntamiento de Etchojoa. En cinco ocasiones anteriores se han manifestado para entregar a las autoridades del Ayuntamiento el pliego petitorio descrito con anterioridad. Como es posible inferirlo, hasta el martes citado no habían recibido respuesta por parte de las autoridades municipales.

Los hechos anteriores fueron descritos por Noé Alberto Cota Matuz, secretario general del Sindicato de Trabajadores del Municipio de Etchojoa, quien explicó que el contrato laboral existente ya está rezagado desde el año anterior. No puede ignorarse que esta es una diferencia que ha venido creciendo con el paso del tiempo.

Y tan es así, que existe el riesgo que, si las cosas siguen como hasta ahora en el ámbito que se describe, podría generarse un emplazamiento a huelga contra el Ayuntamiento de Etchojoa en las próximas semanas. Aunque no es lo deseable, parecería que existen condiciones para ello; sin embargo, cabría esperar que a la brevedad se produzcan acercamientos y pláticas entre las partes protagonistas de este diferendo.

Algo como lo anterior es lo menos que podría esperarse con el fin de evitar que las cosas al respecto lleguen a mayores. Habrá que esperar, entonces, para advertir el rumbo que pueda tomar este conflicto. Ojalá que sea el propio de la conciliación…

armentabalderramagerardo@gmail.com