Llegar a ser regidor
Frente a ciudadanía
Un poco en broma suele decirse (o solía decirse) que en política siempre hay alguien dispuesto a dar su alma al diablo con tal de llegar a ser regidor de un cabildo. Pero la verdad es que quién sabe cómo estarán las cosas al respecto en un tiempo como el de hoy. Aunque no debe ser ocioso postular que la pertenencia a un cuerpo edilicio quizá mantenga actualmente el mismo atractivo o interés de siempre.
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Ser regidor es todavía (como lo fue antaño) una magnífica oportunidad para iniciar una carrera política que bien llevada puede resultar promisoria al paso de los años. Por lo menos así se estilaba en los gloriosos tiempos de predominio absoluto de un partido como el PRI. Quién sabe (para que más que la verdad) si con el desplome de este partido el esquema en referencia haya cambiado de una u otra forma.
Empero, salva una apreciación como la anterior el hecho indiscutible de que, para bien o para mal, la política en un medio como el de este país sigue siendo casi exactamente igual a como ha sido siempre. De esta manera, hasta el día de ayer no era posible concebir un gobierno municipal sin su cabildo y sus regidores. Hoy no se sabe mucho (por lo menos en público) sobre quiénes podrían figurar en las clásicas listas que eventualmente les harían pertenecer a un gobierno municipal.
Pero el problema no estriba sólo en que la ciudadanía no conozca del todo a los regidores que podrían serlo el día mañana. Lo verdaderamente grave de esta situación es que por lo visto desconoce también a los que están hoy con esa misma representación en los diversos Cabildos existentes, incluso en el mismo ámbito nacional. En virtud de esta situación, que no se antoja tan exagerada como parecería en una primera instancia, se ha planteado a los Institutos Estatales Electorales la realización de una campaña para que la ciudadanía conozca a los aspirantes a ediles.
La anterior es (o fue) una idea útil y llamativa, social y políticamente. Pero habrá que entender que se quedará sólo dentro de esos límites, en virtud de que por lo visto no fue bien recibida del lado oficial. La propuesta fue ideada por el organismo conocido como Regidor MX. En Sonora se le hizo llegar al Instituto Estatal Electoral con el pertinente subrayado de que se necesitaba un programa que pormenorice quiénes en Sonora aspiran a ocupar regidurías. Sin embargo, no hubo respuesta por parte de ese organismo, según reveló Napoleón Sánchez Pineda, coordinador de Regidor Mx Cajeme.
A pesar de todo, quedó claro que en Chihuahua sí aplicarán esta novedosa idea, aunque no sucederá lo mismo en Baja California Norte y Baja California Sur, para hablar de entidades donde fue planteada esta significativa innovación entre política y ciudadana, o justo con las dos definiciones. Se afirmó ya, y vale reiterarlo, que en Sonora tampoco ocurrirá nada al respecto. Lástima, porque evidentemente se trata de una buena ida que tendría que ser importante llevarla al terreno de los hechos como una simple aunque muy real y valiosa expresión democrática.
Procede decirlo: que la ciudadanía conozca a sus futuros regidores no debe ser cosa del otro mundo. Al contrario, como, queda expuesto, se trata de una idea democrática elemental y práctica que no debería asustar o inquietar a nadie. El Cabildo es una parte importantísima (una de las más importantes, incluso) de todo Ayuntamiento. Por eso, conocer a quienes forman parte de sus bancadas debería ser algo elemental o rutinario, mucho antes, incluso, de que lleguen a tomar posesión.
Ciertamente, en una campaña electoral termina por acreditarse la personalidad del candidato a la alcaldía, pero en una gran paradoja poco o nada llega a saberse de quiénes integrarán el cuerpo de regidores. A ese extremo, por la fuerza de la costumbre, terminó por llegar la inconsecuencia descrita. Es cierto; la política en México ha tenido (como sigue teniendo) modos y formas muy particulares, lo cual no quiere decir que éstas sean las más recomendables
Un dato que podría resultar un tanto difícil acreditarlo, pero que de todas maneras no de ja de llamar la atención, es que en el ámbito general de los estados se ha podido establecer, mediante la realización de encuestas, que el 97 por ciento de la población a menudo no sabe nada sobre los regidores y sus quehaceres. Quizá podría resultar exagerada esa medición. Pero quizá no…
armentabalderramagerardo@gmail.com