Jorge Ernesto Serna
Profesional de la radio
Aunque él, en su modestia personal y profesional, nunca se asumió como periodista, lo cierto es que Jorge Ernesto Serna Valenzuela, fallecido el lunes anterior, a la par de su desempeño como locutor, desarrolló una admirable y meritoria carrera como un auténtico profesional radiofónico de la noticia y el comentario. Prueba de ello es que hizo del Programa “Buenos Días, Navojoa” el más escuchado en la Región del Mayo a lo largo de 38 años.
Un dato como el anterior significa que prácticamente dedicó casi una buena parte de su existencia a contactar diaria y periodísticamente con la audiencia de la XEKE, una radio en lo institucional igualmente icónica en el sur sonorense. En sus mensajes particularmente alusivos, la KE suele identificarse como “la estación de los grandes”. Pues bien: Serna era uno de ellos.
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Como bien se sabe, a lo largo de los años, él y su programa fueron labrando un impresionante auditorio regional (y más allá de las fronteras sureñas) que todas las mañanas atendía fielmente el desarrollo de una notable cita que en el nombre llevaba (y sigue llevando) la propia y mejor identificación que podía invocarse ante los oyentes. De esta manera, “Buenos Días, Navojoa” se convirtió pronto (a partir de un lejano 1979) en una referencia habitual para estar al tanto de lo que sucedía, especialmente en el ámbito regional.
La tónica del programa (o formato, si fuera preciso hablar en términos periodísticos) se adelantó muchísimo a lo que vendría después en lo que se conoció como el auge de la radio informativa o noticiosa en todo el país. Es preciso reconocer también que “Buenos Días, Navojoa”, bajo la conducción del propio Serna fue el primer noticiario radiofónico que se hizo en el municipio de Navojoa. He allí un dato ciertamente para la historia que pone todavía más de realce el notable desempeño profesional de su histórico conductor.
Serna tuvo virtudes personales y periodísticas envidiables que le fueron muy útiles para acreditar el mérito y el éxito de su programa y el suyo propio en lo personal. Por ejemplo, fue preocupación suya permanente mantener un contacto directo y de servicio con la comunidad. Pero igualmente desarrolló un gran acierto o formación periodística que invariablemente le llevó a dar espacio en su programa a todas las expresiones, o lo que es lo mismo, a todos los puntos de vista por divergentes que hayan podido ser entre sí. Tal puede representar un periodismo complicado pero que es preciso ejercer puntualmente. Serna lo hizo, y aunque él hubiera rechazado tajantemente el título, se convirtió por eso en un notable y apreciado líder de opinión.
Otro dato sobresaliente de su biografía personal y profesional es que a los 16 años de edad se convirtió en el locutor más joven del país. Fue así porque a esa edad viajó a la Ciudad de México con el fin de presentar y aprobar su examen de locución. En 1971 Serna pasó a formar parte de la KE y en 1979 inició la transmisión de su legendario programa noticioso. Era originario de Huatabampo. Tuvo una trayectoria profesional de más de seis décadas frente al micrófono. Murió a los 82 años de edad.
La radio en general e históricamente como medio ha creado siempre sus propios personajes. Es decir, aquellos que logran construir una gran identificación con el auditorio. Un poco también como la televisión. Pero se advierte que en la radio tales personajes suelen ser más humanos o sensibles. Hablamos de figuras que como Serna llegan a convertirse en ídolos o favoritos del público, o de la ciudadanía, si se quiere decir así. Este que se describe tiene que significar un gran mérito o una gran responsabilidad. Porque el problema debe ser estar a la altura de la confianza pública o ciudadana que se deposita en alguien para que informe u oriente con la clásica típica verdad meridiana.
Es válido y exigible reconocer que el trabajo personal y profesional de Serna siempre se encaminó en ese sentido. Tal es lo que explica la proyección y la aceptación pública de su programa. Estamos hablando de un conductor y de un programa radiofónico que es válido identificar ciertamente como legendarios, míticos y excepcionales. Esta es una definición objetiva que es preciso asumir como tal. Y que sirve igualmente para enviar un saludo postrero a un apreciado amigo y compañero de labores radiofónicas cuando uno daba pasos iniciales e inciertos en el contexto de la radio periodística. Descanse en paz Jorge Ernesto Serna Valenzuela…
armentabalderramagerardo@gmail.com