Huivulai: área protegida
Quienes conocen la historia dicen que esa isla fue comprada por particulares, pero en el gobierno de Samuel Ocaña García fue expropiada
En realidad no lo digo yo:
“Las Islas y áreas protegidas del Golfo de California es un conjunto de islas, islotes y zonas costeras situadas en el Golfo de California, se localiza en los estados mexicanos de Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit.
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“Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2005 y extendida su área de protección en el año 2007 y 2011. En 2019 la Unesco decidió incluir el sitio en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro por la inminente extinción de la vaquita marina”.
Esto se puede encontrar en https://es.wikipedia.org/wiki/Islas_y_%C3%A1reas_protegidas_del_Golfo_de_California
Muchas personas en los últimos días, a raíz de que algunas autoridades han declarado que quieren rescatar la isla Huivulai, turísticamente hablando, se han aventurado a decir que ya es tiempo de reabrir la ínsula al turismo en general.
Hay declaraciones por aquí y por allá de que en ese lugar podrían incluso abrirse hoteles y otros negocios atractivos para los visitantes e incluso algunos solicitan la apertura de un camino hacia la isla, como el existente hasta hace algunos años cuando se decidió eliminar el construido en 1962, aproximadamente, por el ingeniero Eduardo Patiño Benet.
Quienes conocen la historia dicen que esa isla fue comprada por particulares, pero en el gobierno de Samuel Ocaña García, debido a las diferencias políticas con algunos propietarios, como Javier Castelo Parada, la expropió y desde entonces comenzó la debacle del sitio como atractivo turístico.
A los años, el azolve de la Bahía de Tóbari a causa del pedraplén hizo necesario derrumbarlo para permitir el libre flujo de las mareas entre las bocas norte y sur de la zona.
Ya para entonces, el gobierno federal convino con los habitantes de Paredón Colorado, Paredoncito y Aceitunitas o Sube y Baja, en que los tres pueblos se hicieran cargo de la isla, ya que durante muchos años habían luchado por mejorar las condiciones de pesca en el lugar, pues el azolve había hecho que las especies salieran de la bahía.
Con la declaratoria como Patrimonio Mundial Natural de la Humanidad tanto Huivulai como 244 islas e islotes y áreas costeras ubicadas en los estados de Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit se han convertido en un laboratorio para el estudio de las especies marinas que ahí tienen su hábitat y el conocimiento de casi todos los procesos de evolución oceánicos y costeros.
Alguna vez esta cuenca marina de mil 126 kilómetros de largo desde la desembocadura del río Colorado hasta cabo Corrientes, Jalisco, fue considerado como el Acuario del Mundo.
Por todas esas razones, en isla Huivulai sí se pueden emprender proyectos, pero bajo la condición de que sean los habitantes de la zona los que aprovechen el ecoturismo y de hecho los pescadores de la bahía de Tóbari se han convertido en los más férreos guardianes de la naturaleza porque, si bien llevan a personas a la isla a través del mar, tienen cuidado de que las dunas no sean maltratadas, mucho menos la flora y la fauna.
En consecuencia, si los gobiernos y algunos particulares desean emprender planes turísticos en la isla, tendrá que ser en concordancia con el respeto al entorno natural para que ese patrimonio de la humanidad no sea destruido en poco tiempo.
Quizá aquellas épocas en que las familias enteras, con sus camiones, camionetas, motos y otros vehículos inundaban Huivulai, cada fin de semana, pero sobre todo cada Semana Santa, ya no volverán, pero sí habrá que educarse para disfrutar de ese lugar en pleno respeto a la naturaleza.
Solamente así, la isla podrá ser rescatada.
Comentarios: franciscogonzalez.bolon@gmail.com