Las Plumas

Congreso y las cavernas

Ningún servidor público tiene derecho a que sus acciones se realicen o queden bajo la sombra de la opacidad

Congreso y las cavernas

Desde hace rato que el Congreso del Estado está convertido en una tierra sin ley, pero pocos se han animado a señalar que la mayoría legislativa de Morena mantiene secuestrado a ese organismo, al grado de inventar reuniones para aprobar lo que se les ordena.

Pero ayer, legisladores como Rosa Elena Trujillo Llanes y Natalia Rivera Grijalva se atrevieron a ponerle el cascabel al gato y se animaron a presentar una denuncia por violación a sus derechos político-electorales ante la Sala Regional Guadalajara del Tribunal Electoral.

Se van a esa instancia porque, como ya se sabe, el sumiso Tribunal Estatal Electoral se presta a las travesuras de los legisladores morenistas, sin importarle si van de por medio los derechos del resto de sus compañeros, pues al final de cuentas lo único que les importa es cumplir al amo para que se les tome en cuenta a la hora de las definiciones electorales.

“Pero, ¿saben lo que es peor? Que ha dejado un precedente sumamente peligroso, de que en el Congreso del Estado pueda suceder cualquier cosa, que se puedan violentar los derechos de cualquier diputado y que no exista una instancia estatal capaz de proteger y de defender esos derechos. Que al final no solo son los derechos del diputado, son los derechos del ciudadano que se representa en el legislador. Eso es lo más peligroso, que están dejando que el Congreso sea tierra de nadie. Tierra de esas mayorías que ni conocen ni les importa la ley”, consideró Rivera Grijalva.

Los legisladores de Morena, ya sabemos, solamente siguen el ejemplo nacional de que “a mí no me vengan con que la ley es la ley” y como mayoría en el Congreso del Estado se afanan cada día por trabajar a favor de sus intereses económicos y políticos, mientras que a sus representados los dejan arrinconados en espera solamente de los tiempos en que haya necesidad de ir a pedirles el voto.

Es muy peligroso a lo que se ha llegado en el Congreso. Aunque los integrantes de Morena sepan que las condiciones electorales les favorecen en determinado momento, tienen que aprender a fortalecer los esquemas democráticos que le dan sustento a una sociedad vigorosa, capaz de superar sus problemas de manera civilizada y no por la vía de las imposiciones.

Con esa mayoría legislativa, como ya se ha visto en ejemplos anteriores, se va directo hacia una dictadura que puede ser peligrosa para la sana convivencia democrática de la entidad. No se puede aceptar, solamente porque sí, las ideas de una sola parte de la sociedad sino que todos los sectores deben emitir sus posturas para, entre todos, construir cada día un mejor futuro para todos.

Por más buenas intenciones que una persona pueda tener, siempre deben escucharse todas las voces o, de lo contrario, se corre el riesgo de caer en errores que mañana pueden lamentarse.

Lo más curioso es que, como a nivel nacional con el INAI, se estén poniendo obstáculos para que funcione de manera adecuada el Instituto Sonorense de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (Istai).

Ningún servidor público tiene derecho a que sus acciones se realicen o queden bajo la sombra de la opacidad. El hecho de que el pueblo les haya dado la oportunidad de representarlo no significa que solamente sus chicharrones van a tronar sino que debe hacer consensos sobre sus ideas y proyectos, a fin de que la sociedad sepa a ciencia cierta lo que puede pasar al tomar una u otra decisión.

Si hay quienes acepten vivir bajo la conducción de una dictadura, ese es su problema, pero la gran mayoría de los ciudadanos desea un régimen democrático que esté a la altura de los nuevos tiempos.

Y el hecho de que la Comisión de Transparencia del Congreso haya trabajado un acta sobre una supuesta sesión para aumentar la recepción de aspirantes a dirigir el Istai a cinco días más de la fecha límite estipulada en la convocatoria, habla muy mal de lo que está sucediendo en el entorno político de Sonora, pues se miente con todo el descaro a sabiendas de que esa reunión nunca se realizó.

De ahí la inconformidad de Trujillo Llanes y Rivera Grijalva, en virtud de que en ese documento fueron incluidos sus nombres sin siquiera haber estado enteradas de la sesión “fantasma”. Si alguien creyó que se quedarían calladas, se equivocaron de estrategia y ahora no solamente están poniendo al Congreso en un predicamento público sino que en lo legal se puede desembocar en acciones poco favorables para los mentirosos y sus amos.

Si se ha presumido que Sonora está a la vanguardia en materia productiva, con un plan de energías renovables ejemplo para el mundo, también tiene que trabajarse en forjar una agenda política y legislativa que esté a la altura de las circunstancias.

Ciertamente, para cualquiera con dos dedos de frente es imposible llegar al desarrollo económico y social si en lo político y legislativo se está transitando aún por la época de las cavernas.

Comentarios: franciscogonzalez.bolon@gmail.com