Las Plumas

¿Cómo abordar el tema de la muerte en los niños?

¿Cómo abordar el tema de la muerte en los niños?

LIC. FRANCIS QUINTERO OBESO (Psicólogoía y Tanatología Cappydi)

Tanto en noticias, videojuegos, programas de televisión (películas, series, telenovelas, etc.), ellos escuchan palabras como homicidio, suicidio, asesinato, cáncer, muerte, secuestro; ello no implica que lo entiendan y es necesario que tengan una guía que los oriente al respecto. La muerte es algo natural, inherente a la vida.

No es algo nuevo para el ser humano. (Todo lo que inicia, acaba. Todo lo que nace, muere.) Sin embargo, alejamos el tema de la muerte porque a todos los seres humanos nos inquieta y nos angustia enfrentarnos a ella. Tenemos la firme convicción de que lo mejor que podemos hacer por nuestros niños (hijos, alumnos) es evitarles dolor y sufrimiento y por eso los alejamos de esta experiencia. Principalmente por nuestras propias ansiedades, para que crezcan sin esa inquietud tan molesta que ocasiona el tema de la muerte o porque consideramos que es muy traumático para ellos. Todos los adultos sentimos la necesidad de proteger a los niños del dolor y sufrimiento y sucede porque nosotros como adultos no soportamos y no sabemos cómo manejar el dolor y la pena de un niño y mejor lo evitamos, ocultamos y fingimos que todo está bien y que no ha pasado nada.

Enseñamos a vivir alejados de la muerte, nos preocupamos porque nuestros niños vivan cómodos, de la manera más fácil posible, sin complicaciones, queremos que no sufran, que no les cuesten demasiado trabajo y esfuerzo las cosas. “No sufrimiento, no fracaso, no dolor “- Los niños tienen curiosidad sobre la muerte, aunque nosotros tratemos de alejarlos. Y así como se preguntan ¿De dónde venimos? (curiosidad sexual infantil), también se cuestionan ¿a dónde vamos?, pero como a los adultos nos genera angustia, la postergamos lo más que podemos.

Conceptos clave sobre la muerte

1.- La muerte es universal. Todos los seres vivos mueren.
2.- La muerte es irreversible. Cuando morimos no volvemos a estar vivos nunca.
3.- Todas las funciones vitales terminan completamente en el momento de la muerte. Cuando nos morimos el cuerpo ya no funciona.
4.- Toda muerte tiene un por qué.

Como comunicar cuando fallece un familiar cercano y quien debe hacerlo.
Debe de ser trasmitida lo antes posible y siempre por medio de una persona en la que confié y sienta cercana, principalmente sus padres. En un sitio tranquilo, sin distractores. Hablarles con cariño, a los ojos y con ternura. Hacerlo poco a poco (no de golpe) y contestando a todas las preguntas y dudas que el niño tenga. Siempre decirles la verdad (adecuándola a su edad).

Debe saber que la persona ha muerto y que nunca más volveremos a verle. Los recuerdos, el amor, cariño, siempre nos ayudarán a no olvidarnos de nuestros seres queridos y a que no desaparezca de nuestro corazón. Plasmar nuestras creencias religiosas acerca de a dónde vamos (dependiendo si se ha hablado acerca de religión con nuestros hijos y por su edad). Enfatizar que hay cosas que no podemos controlar.

Siempre que sea conveniente, hay que asegurarse que el menor tenga claro que no es culpable o responsable de la muerte de su familiar (padre, madre, hermanos). Esto por situaciones en donde anterior a la muerte se hayan enojado, discutido, peleado, por tener pensamientos de coraje, etc. Eso no provocó la muerte de su familiar. Brindarles seguridad y protección, por el miedo que genera en ocasiones que otro familiar cercano pueda morir.” Yo estoy a tu lado, estoy bien, voy a cuidar de ti”. Es fundamental en la medida de lo posible hablarles y calmarles acerca de la continuidad de sus vidas. Todo continuará, sus actividades cotidianas poco a poco tomaran su rumbo nuevamente.

Lo que necesitamos compartir y escuchar de los demás es que la persona que falleció siempre estará en nuestro corazón, nuestros recuerdos y memoria. Permitirles a los menores que expresen su dolor y sentimientos ante la muerte.

Mostrarles nuestro dolor ante la pérdida. Llorar, estar triste, decir lo que sentimos; que lo vean como algo normal y que pasará.

Iniciarles en los rituales que se realizan para despedir a un familiar que fallece (velación, funeral, sepultura). Esto ayuda a que los niños se sientan unidos e integrados a la familia en esa experiencia de despedida. Favorece a que la muerte pueda ser concretada en tiempo y espacio dentro de su realidad sin crearse fantasías. Para los niños es necesario despedirse.

También considerar la ayuda de un profesional, como un tanatólogo, para resolver este tipo de circunstancias es una vía positiva cuando los procesos de duelo para enfrentar las pérdidas se complican.