Comienzo de la semana
Priístas en Huatabampo
Un conocido dicho del habla popular postula que mal comienza la semana para quien ahorcan en lunes. Más allá del extremismo práctico de la expresión, es evidente que, a pesar de su rudeza conceptual, en los hechos debe tener alguna forma de razón de ser si, por ejemplo, hay malas noticias de por medio al abrir un ciclo semanal.
En realidad, se trata de una frase, quizá hasta folclórica o jocosa, que no es preciso asociar literal o realmente con el cadalso. Y suele utilizarse, vale repetirlo, para dar cuenta de sucesos inesperados y su costo existencial que no significan una buena nueva para sus protagonistas. Podría ser el caso del PRI de Huatabampo y su inserción en el actual proceso electoral.
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¿Qué sucede en ese instituto político?, como suelen decir enfadosamente los teóricos políticos de grandes vuelos intelectuales o reflexivos. Pues casi nada: que su dirigencia municipal en pleno acaba de renunciar. No se preocupe. Leyó usted bien. Porque así fue. Es decir, en el mero inicio del actual proceso electoral, se produjo esta insólita decisión política.
Quizá sea la primera vez que algo similar ocurre, no sólo en la Tierra de los Generales, sino en cualquiera otra parte donde el PRI tenga presencia, por más descolorida que ésta se quiera advertir. Es el hecho en sí el que llama la atención, por sobre, insístase, la buena o mala fortuna por la que atraviesa en Huatabampo un partido como el tricolor.
Julio Amparán Estrella, ya ex dirigente priista municipal en estas alturas, dijo que la determinación de abandonar las filas partidistas donde militaban, se debió a que “fueron desplazados en la toma de decisiones”. (Se refiere a los demás priistas que igualmente renunciaron a las siglas tricolores). En otras palabras, se sintieron humillados e ignorados por la directiva estatal de su partido.
Y de todo lo anterior Amparán Estrella responsabilizó directamente a Rogelio Díaz Brown, dirigente priista en Sonora, a quien acusó de falta de sensibilidad por ignorar y humillar a sus compañeros. La verdad es que existían antecedentes sobre una pugna entre Díaz Brown y los priistas de Huatabampo que recién asumieron dejar de serlo. Pero en la base del conflicto, al parecer estuvo la protesta de Amparán Estrella y sus colaboradores en el comité municipal tricolor, en cuanto a que los candidatos nominados por la coalición PAN, PRI y PRD no llenan las expectativas de sus compañeros que se alejaron “y mucho menos representan la necesidad de los huatabampenses”.
En este contexto, los dimitentes priistas de la Tierra de los Generales no la pensaron mucho para seguir en la política partidista. Con rapidez sorprendente, asumieron y formalizaron la decisión de sumarse al proyecto de Alberto Vázquez Valencia como candidato a la alcaldía de Morena y aliados suyos como PT, PES, PVEM y Panal.
Por lo visto y sabido, no hubo ningún problema para formalizar en esta coalición partidista el ingreso raudo y veloz de los disidentes priistas huatabampenses. Queda claro, entonces, que asuntos de esta naturaleza se resuelven sin mayores complicaciones de por medio, y más, por supuesto, en un tempo electoral como el de hoy.
En el ínter, ¿qué pasará con el PRI de la Tierra de los Generales? La misma pregunta vale para su candidato a la alcaldía Ramón Díaz Nieblas. Ni siquiera cabe pensar que hechos como los comentados acaso le podrían afectar sobremanera. Hasta donde se entiende, no fue el PRI municipal entero el que se asumió trasladarse a Morena y dejar en veremos la suerte electoral de Díaz Nieblas.
En realidad, y hasta donde es posible entenderlo, la venia partidista de Díaz Nieblas le viene directamente del PAN, cuyo apoyo, hasta ahora, no hay indicios de que pudiera perderlo. Aparte, se supone que los priistas de Huatabampo que se quedaron con sus propias siglas, sin mudar a las de Morena, están con el candidato a la presidencia municipal postulado por la coalición respectiva, donde también, como se sabe, figura el PRD.
Pero es obvio que hechos como los que propiciaron estos comentarios, por fuerza llaman la atención en tanto que ocurrieron en una coyuntura eminentemente política y electoral. En un contexto de esta naturaleza, los llamados actores políticos - ¿los denominarán así porque fingen como todos los histriones? - se sienten a sus anchas porque se saben amos y señores del escenario. Y en esta atención que se les brinda, no importa que hagan bien las cosas o que…la rieguen.
armentabalderramagerardo@gmail.com