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Las Plumas

Cajeme sin control

Es lastimoso que quienes pudieran tener un futuro por delante, se involucren con el crimen organizado con la ilusión de tener dinero a manos llenas

Francisco Gonzalez Bolon

En pleno epicentro de las llamadas Jornadas Permanentes por la Paz, en la colonia Villa Bonita de Ciudad Obregón, estalló, de nuevo, la violencia y el temor de la gente.

La circulación de jovencitos en vehículos repletos de armas son evidencia de que el crimen organizado sigue presente en esa colonia que mas bien parece otra ciudad debido a su extensión y, por lo mismo, es campo propicio para extender el consumo de drogas en la población juvenil.

En ese “mercado” trabajan todavía los delincuentes y, como ha quedado demostrado, en nada les ha disminuido su campo de acción esas famosas Jornadas Permanentes por la Paz de la Secretaría de Seguridad Pública.

Si se ha visto, debe reconocerse, un mayor patrullaje de las diversas corporaciones, el Ejército incluido, y por fortuna en esta ocasión sirvió para detectar a los pasajeros de un automóvil que resultaron luego matones de primera línea que no solamente atacaron a los soldados sino que pusieron a temblar a todas las familias del sector en el que fueron perseguidos.

Desde algunos domicilios, los menores de edad hacían llamadas telefónicas a sus familiares para que los ayudaran, pero en este caso la mejor recomendación fue mantenerse bajo resguardo pues en medio de la balacera nadie podía acercarse al sitio.

Uno está de acuerdo en aquellas políticas preventivas del delito, como las Jornadas Permanentes por la Paz, pues debe trabajarse con las nuevas generaciones para que no sigan los pasos de esos jovencitos de entre 18 y 25 años que se han enrolado en las filas equivocadas.

Es lastimoso que quienes pudieran tener un gran futuro por delante, se involucren con el crimen organizado con la ilusión de tener dinero a manos llenas y salir de la pobreza inmediatamente, cuando en realidad lo que les cuesta esa aventura, a veces a corto plazo, es lo mas valioso que tienen: la vida.

Por eso, se aplaude la tarea preventiva de atacar la violencia, que ojalá sea en serio y no como instrumento electoral porque lo que está en juego no es cualquier cosa sino el futuro mismo de nuestras familias.

Pero al tiempo que se desarrollan las labores de contención de las malas conductas sociales, se les debe atacar a los malosos, pero en serio. Si las autoridades quieren darle besos, abrazos y lisonjas a los barones del mal, pues es su problema, pero la sociedad reclama ataque a las estructuras de un potentado que pareciera haber tomado ya la plaza sin resistencia oficial alguna.

Cajeme, Caborca, Guaymas, Empalme, San Luis Río Colorado y buena parte de la sierra alta están bajo control ajeno a las policías, mientras que aquí en las llamadas Mesas de Seguridad los únicos chasquidos que se escuchan son los de las cucharas al revolver el azúcar en el café.

Basta ya de impunidad. O los tres niveles de Gobierno toman medidas más severas contra el crimen o Sonora se les irá como agua entre las manos y cuando alguien quiera actuar será ya demasiado tarde.

A menos que la estrategia seadejar en manos de la delincuencia todos los controles para que el día de mañana garanticen una buena “participación” en los procesos electorales, como ya se vio en estados como Sinaloa en los que como por arte de magia, o a punta de pistola, como a usted se lo hayan contado, desaparecieron los representantes de todos los partidos políticos de oposición justo antes de unos comicios.

Y la sociedad ya debe dejar de ser tan pasiva. Da pena ajena saber que los llamados “líderes” permanecen agachados viendo pasar el tiempo y crecer la violencia, pero sus críticas solamente se escuchan en las mesas de café.

Padres de familia, representantes de organismos intermedios, maestros, todos, debemos contribuir a la prevención de la violencia desde el seno de las familias y las escuelas. Pero, también, sacar la casta y tomar las calles para exigir un alto al derramamiento de sangre, un basta a las desapariciones de hombres y mujeres y un, no más impunidad.

El día en que la sociedad se arme de valor para atacar de frente al crimen y a la colusión de los funcionarios, entonces veremos el amanecer.

¿Usted se anima?

Comentarios: franciscogonzalez.bolon@gmail.com